El florecer de las personas caminantes

La familia Bastidas[1] está conformada por Carina de 19 años, Alfredo de 28 y su hija Lilibeth de 9 meses. Son una familia unida y tomaron la decisión de emprender un viaje desde Venezuela, su país de origen hacía Colombia, con la ilusión de tener y dar a su hija una mejor calidad de vida.

La situación que vivían cuando tomaron la decisión, que se caracterizaba por la precariedad económica que les impedía alimentarse más de una vez por día y la falta de acceso al servicio básico de salud.  Esta última condición, cobraba mayor relevancia una vez se enteraron del embarazo de Carina, quien para ese momento no tenía la posibilidad de acceder a un control prenatal.

Después de largas caminatas y transportarse en mulas y camiones, logran instalarse en Bogotá, una ciudad enorme, desconocida y con muchos riesgos e inseguridad. En esta nueva ciudad fueron víctimas de hurto de sus pertenencias lo que les impide continuar con su fuente de ingreso que son las ventas informales, esto los lleva a replantear su proyecto de vida y nuevamente movilizarse a otro lugar de Colombia.

Para esta nueva travesía, entre caminatas y transportes no convencionales, Carina quien ya tiene ocho meses de embarazo, entra en trabajo de parto. La familia Bastidas, con la ilusión de permanecer unida y mejorar su calidad de vida, confían en una mujer que conocen en sus trayectos, quien les asegura todo tipo de ayudas y estabilidad, sin saber, que este nuevo vínculo los pondría en riesgo, tales como: habitabilidad en calle y mendicidad, que afecta a los tres integrantes de la familia de forma emocional y psicológica. Carina y Alfredo, empiezan a presentar angustia, temor, desconfianza, incertidumbre al ver su proyecto de vida y su anhelo más lejos y también el que ver que su hija está siendo afectada por estos hechos.

Sin saberlo, para ese momento, la familia Bastidas estaba siendo víctima de un delito llamado trata de personas, esta mujer quien les había prometido todo tipo de ayudas y beneficios les convence de trasladarse a otra ciudad con promesas falsas de ayuda y de lograr una vivienda, un trabajo y una vida digna. Sin embargo, seguían teniendo condiciones de precariedad y sufrimiento por no contar con ningún tipo de estabilidad ni ayuda real.

Seguido a los traslados entre ciudad y ciudad, logran llegar a Nariño, donde acceden a un espacio de refugio. Frente a esta situación se empiezan a presentar discusiones entre la pareja y se dificulta la posibilidad de ver con claridad lo que sucede en su entorno, imposibilitando la toma de decisiones.

A partir de su llegada al refugio, la familia Batidas entra en contacto con el equipo de salud mental y apoyo psicosocial de Save the Children, quienes, a partir de una valoración inicial con psicología y trabajo social, logran identificar múltiples factores de riesgo a los que han estado expuestos, como lo son: atracos, robos, discriminación, xenofobia, habitabilidad en calle, por lo que necesitaban una orientación y acompañamiento familiar, debido a la afectación emocional. La familia lloraba constantemente, no podían conciliar el sueño, perdieron la esperanza, sentían miedo, angustia, se les dificultaba el relacionamiento como familia y también con otras personas, se sentían culpables, irritables, tristes y desamparados.

Como parte de las acciones priorizadas para favorecer el bienestar de la Familia Bastidas desde trabajo social se trabajó en la articulación con agencias cooperantes para la solicitud de albergue y garantía de la reubicación de la familia, con la finalidad de protegerles de la persona quien presuntamente les estaba manipulando, para que se desplazaran por diferentes ciudades del territorio colombiano, adicionalmente se abordan con Carina y Alfredo el manejo de situaciones estresantes, promoviendo el relacionamiento sano y libre de violencias con sus hijas, evitando así, afectaciones mayores para ellas, apoyando la identificación de actividades y de espacios seguros para favorecer su desarrollo.

Como parte de un abordaje integral, también se realiza el acompañamiento desde psicología posibilitándoles un espacio de descargue emocional e identificación de fortalezas y potencialidades de cada uno. Retomando sus anhelos como familia, también se orienta y apoya en la reconstrucción de su proyecto de vida, donde se alienta a reconocer sus propias estrategias para afrontar situaciones desfavorables. Por último y con el apoyo de otras instituciones se brinda asesoría en el proceso de regularización de su estadía en Colombia.

Este acompañamiento y orientación ha permitido reducir sus condiciones de riesgo psicoemocional, lo que ha permitido mejorar su relación como familia, encontrar nuevas formas de relacionarse con otras personas, recuperar la confianza en sí mismos. A partir de esto, están trabajando para tener una iniciativa de negocio propio que les permita autonomía y mayor estabilidad económica, asociada a estabilidad social, emocional y física.

A pesar de que la familia ha tenido varias experiencias desagradables, como lo refiere Carina: “esperamos nunca más pasar por estas situaciones tan dolorosas y angustiantes”. La familia Bastidas ha experimentado emociones y sentimientos que en ocasiones les hicieron perder la esperanza, sin embargo, han logrado recuperarla poco a poco con la ayuda y apoyo necesario. Desarrollan y fortalecen la resiliencia y el como sobreponerse a situaciones difíciles e inesperadas. Ahora, están más unidos y trabajando por sus sueños con dignidad.

[1] Nombres y Apellidos inventados, para salvaguardar la identidad de la familia.

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