Tuve que huir para proteger a mi familia

Bogotá, Colombia 19 de abril de 2025

Soy Aylin, tengo 29 años. Trabajaba en el campo, tirando azadón, fumigando, raspando cuando tocaba, limpiando, sembrando plátano, yuca, lo que fuera necesario para sobrevivir. Pero la violencia se metió en el pueblo, a veces llegaba gente armada, y si lo miraban a uno, ya creían que era parte de ellos. Uno no sabe qué puede pasar. Me dio miedo, mucho miedo, y decidí irme. 

Tuve que salir de noche, entre lo oscuro, como pude. Me tomó muchos días llegar hasta aquí porque fui saliendo por escalas, de un lado a otro, buscando refugio. Menos mal tenía conocidos en Ocaña y Convención. Me daban posada por una o dos noches y luego seguía mi camino. Mi familia me insistía en que me fuera, que no esperara a que fuera tarde.  Me tardé quince días en llegar a Cúcuta. 

Aquí tengo algunos familiares por parte de mi papá, aunque no los conocía mucho. Me recibieron, pero prácticamente estoy arrimado. No tengo trabajo, y todos los días me preocupa qué voy a hacer, cómo alimentar a mi hijo, que está en La Gabarra con su mamá. Tiene tres años y no han podido salir porque no hay manera de bajar por el río ni moverse por la carretera. Temo que se quede atrapado allá en medio de todo esto. 

Me enteré por las noticias de que las organizaciones estaban ayudando. Pero, me daba miedo venir, al final decidí acercarme. Save the Children nos entregó un mercado, eso ha sido un alivio, porque aquí sin trabajo uno no tiene nada. Me preocupa no tener cómo alimentar a mi hijo cuando logre traerlo. A veces solo tengo arroz o plátano para comer. Ha habido días en los que ni para un huevo hemos tenido. 

Sé trabajar, pero en la ciudad uno necesita un arte, algo para defenderse. Sin eso, no hay trabajo, y sin trabajo, no hay comida. La ayuda que he recibido significa mucho porque, en este momento, es lo único que tengo. 

No es la primera vez que paso por esto. En 2002 también fui desplazado y nadie me ayudó. Ahora, al menos, nos han dado algo para sostenernos. Pero necesitamos más oportunidades, trabajo, algo que nos permita salir adelante. No podemos vivir solo de esperar una ayuda, pero mientras tanto, sin nada más, esa ayuda es lo único que nos mantiene de pie. 

Redacción por: Yaira Ojeda Mengual, Oficial nacional de comunicación

Para más información contacte a: Leonardo Barreto, Fabian.barreto@savethechildren.org, coordinador nacional de comunicación 

Facebook
Twitter
LinkedIn
WhatsApp
Telegram
Scroll al inicio