Somos #GeneraciónEsperanza porque valoramos los alimentos

29 Septiembre de 2022

En el día internacional de Concienciación sobre la Pérdida y el Desperdicio de Alimentos queremos ser conscientes de que, aunque en nuestro país sigue habiendo muchas personas que sufren las consecuencias del hambre, también a la vez estamos desperdiciando los alimentos.

La desnutrición infantil en 2022 ya llega a los 13.549 casos aproximadamente en Colombia.

Mientras tanto, desperdiciamos un total de 9,76 millones de toneladas de comida, lo cual equivale al 34% del total producido. (DNP)

Cada día se pierde o desperdicia una gran cantidad de alimentos, concretamente 2.500 millones de toneladas en el mundo, lo que equivale aproximadamente al 40% de todos los alimentos producidos. En Colombia, el porcentaje es del 34%. Cuando se habla de desperdicio o pérdida de alimentos se incluyen todos los alimentos comestibles que se descartan o pierden sin que se lleguen a consumir.

En el día internacional de Concienciación sobre la Pérdida y el Desperdicio de Alimentos, en Save the Children Colombia queremos destacar que es fundamental reducir la pérdida y el desperdicio de alimentos, siendo conscientes de que este desperdicio a gran escala convive con situaciones de inequidad social como la desnutrición y la hambruna infantil en el planeta.

La seguridad alimentaria no debe ser un privilegio, sino que es un derecho consagrado en la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948.

La hambruna y el aumento de precios

Globalmente, la situación de hambruna sigue afectando a las personas que viven situaciones de más vulnerabilidad. En el mundo, 270 millones de personas sufren inseguridad alimentaria, un aumento del 82% desde 2005. En esta crisis, un niño se ve abocado a la desnutrición severa cada minuto, y 8 millones de niños corren el riesgo de morir en 15 países afectados, a menos que reciban tratamiento inmediato [1].

En Colombia, se ha reportado que hay más de 13.500 casos de desnutrición aguda en niños de cero a cinco años. Sobre todo, en La Guajira, donde este año han fallecido mínimo 48 niños y niñas. Además del aumento de los precios internacionales de los alimentos y del combustible, como consecuencia de la guerra en Ucrania, ha incrementado los precios de los alimentos, reduciendo el poder adquisitivo de los hogares. Esto es especialmente grave para los hogares más pobres.

En este contexto, es alarmante saber que a la vez aproximadamente el 17 % de la producción total de alimentos se desperdician (11 % en los hogares, 5 % en los servicios de comidas y 2 % en el comercio al por menor).

Todas y todos somos responsables de reducir esta cantidad. Por ello, debemos actuar de forma preventiva para evitar que estos impactos se conviertan en una crisis mayor. Para ello, es necesaria una colaboración entre Gobiernos y actores de los ámbitos del desarrollo, la ayuda humanitaria, la paz y la acción por el clima.

Afectaciones para el planeta

El desperdicio de alimentos produce gases efecto invernadero (GHI) por el uso de fertilizantes (óxido nitroso) y en su descomposición (Metano). El desperdicio de alimentos tiene en cuenta todos los recursos que se utilizaron para la producción del alimento, desde el agua hasta la tierra y la mano de obra.

Los países con más ingresos son los responsables del 86 % de las emisiones acumuladas de CO2 a nivel mundial, mientras que los de la mitad inferior (en ingresos) solo son responsables del 14 % de las emisiones1. Los sistemas de gobernanza deben evolucionar rápidamente y reconocer que los retos de la economía, el medio ambiente y la igualdad ya no pueden tratarse cada uno a parte. Como comunidad internacional, tenemos una responsabilidad colectiva de asegurar que se toman acciones urgentes como respuesta a esta situación.  La respuesta debe focalizarse en las necesidades de niños y niñas, empoderándolos con las y los jóvenes como agentes de cambio.

Tomamos acción porque somos Generación Esperanza

La crisis climática está provocando cambios de fondo irreparables en nuestro planeta y estamos siendo testigos de las graves consecuencias para los derechos de las generaciones actuales y futuras de niños y niñas. La infancia de los países de ingresos medios y bajos deberá soportar los efectos más peligrosos de la crisis climática, un problema provocado por generaciones anteriores y que la actual ha heredado. Por todos estos argumentos, el liderazgo y activismo de los niños y niñas en la acción climática es necesario.

Necesitamos reducir la contaminación del medioambiente para que las generaciones futuras puedan tener alternativas de vida y las condiciones básicas para desarrollarse. Y la reducción del desperdicio de alimentos es uno de los pasos que contribuirán a la mejora de nuestro mundo.

Junto con niñas y niños de Arauca, alzamos la voz con la campaña #GeneraciónEsperaza, que promueve Save the Children, para concientizar sobre el cambio climático y la inequidad social. El #NoDesperdicio debe empezar hoy, tanto por justicia climática como por justicia social.

Somos Generación Esperanza y no queremos contribuir al desperdicio de alimentos.

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[1] Food Security Information Network (FSIN)/ Global Network Against Food Crises. (2022) 2022 Global Report on Food Crises.

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