Según estudio, un tercio de las niñas se verán afectadas simultáneamente por el cambio climático y el matrimonio infantil en 2050
Bogotá D.C., Colombia. 13 de octubre de 2023. El número de niñas en riesgo extremo de enfrentarse a la doble afectación por el cambio climático y el matrimonio infantil aumentará en un 33%, hasta llegar a casi 40 millones de niñas en 2050, según revela el estudio «Las niñas en el centro de la tormenta: Su planeta, su futuro, sus soluciones» (disponible en inglés) de Save the Children.
En la región de América Latina y el Caribe, la mayoría de las mujeres que se casaron o unieron en la infancia, dieron a luz antes de cumplir los 18 años. También, muestra que alrededor de dos tercios de los matrimonios o uniones infantiles se producen en regiones con riesgos climáticos superiores a la media (1).
El matrimonio temprano tiene consecuencias devastadoras, las niñas tienen muchas menos probabilidades de permanecer en la escuela, suelen estar aisladas, corren un mayor riesgo de sufrir violencia física y sexual y también sufren complicaciones peligrosas en el embarazo y el parto.
En la actualidad, se calcula que 29,9 millones de niñas adolescentes viven en los 10 países más afectados por el matrimonio infantil y el cambio climático (2). En ellos corren un mayor riesgo de casarse de niñas y de sufrir desastres climáticos que les cambien la vida. Se prevé que esta cifra aumente hasta los 39,9 millones en 2050 (3), y que estos países tengan una de las poblaciones más jóvenes y de más rápido crecimiento del mundo.
Para 2030, la región de América Latina y el Caribe podría tener los segundos niveles más altos de matrimonio y uniones infantiles en el mundo, después del África subsahariana. El estudio enfatiza en la necesidad de abogar por las niñas y adolescentes en esta situación, incluyendo esfuerzos de inversión y políticas públicas para revertir esta tendencia.
El matrimonio infantil en América Latina y el Caribe suele adoptar la forma de uniones informales tempranas que son mucho más difíciles de regular que los matrimonios. Además, las niñas y adolescentes en uniones informales no obtienen el estatus social y las protecciones legales que ofrece un matrimonio legal, como la propiedad de los bienes, la pensión alimenticia, la manutención de los hijos o la herencia.
Mientras que otras regiones han avanzado en la reducción del matrimonio infantil, la prevalencia en América Latina y el Caribe ha permanecido estancada durante 25 años. Desafíos recientes como el cambio climático, el COVID-19, los conflictos y el aumento del coste de la vida han incrementado el riesgo de matrimonios y uniones tempranas y forzadas para las niñas de la región. Los niños, niñas y adolescentes de América Latina y el Caribe son vulnerables al cambio climático, sobre todo en Haití, Guatemala y Bolivia.
Shorely*, una joven de Tumaco que protege el medioambiente limpiando las playas
Shorely tiene 16 años y vive en Tumaco, una ciudad de la costa del Pacífico. Su madre, María Isabel, es enfermera y fundó la asociación Fénix, que recicla el plástico y los residuos recogidos en las playas. En su tiempo libre, trabajan para proteger el medio ambiente, sobre todo limpiando las costas de Tumaco, obstruidas por el plástico que acaba en el océano Pacífico. Las mujeres y los jóvenes de la asociación Fénix son voluntarios y fabrican joyas, cestas o incluso esterillas con el plástico recuperado. Shorely* ha terminado el bachillerato y le gustaría estudiar medicina más adelante, pero por el momento su familia no puede permitirse enviarla a la universidad.
Inger Ashing, CEO de Save the Children International
Inger Ashing, CEO de Save the Children International, afirmó que los gobiernos, las ONG, la ONU y las empresas deben reconocer la crisis climática, incluida la actual crisis del hambre, como una emergencia para los derechos de las niñas. Y añadió:
«Esta investigación muestra una vez más hasta qué punto la crisis climática está poniendo en peligro los derechos de la niñez, especialmente los derechos de las niñas. La inversión urgente y efectiva es clave para adaptarse al cambio climático, y es particularmente crítica para la niñez, especialmente para las niñas, que son muy susceptibles a los impactos a corto y largo plazo. El gasto actual ignora casi por completo a los niños, niñas y adolescentes, y esto tiene que cambiar».