De la mano de sus hijos, Karen alcanza sus sueños
Tímida, al igual que su hermana Ingrid, pero de una risa fuerte y estruendosa: justo lo que marca la diferencia entre las dos. Así es Karen, una joven de 21 años y madre de dos hijos, quienes, en sus palabras, son su vida. Un volante fue su pase de entrada para conocer del proyecto “Empleabilidad de jóvenes para un futuro mejor” de Save the Children y del que hace parte desde hace seis meses. Aunque su sueño de terminar el colegio y ser manicurista se pausó por la maternidad durante un tiempo, ahora los hace realidad y vive de ellos.
La historia de Karen Yisella en sus propias palabras:
“Hace pocos días me gradué de bachiller, me siento tan orgullosa al decir eso. Mi esposo me acompañó y mis hijos me aplaudieron, lloré junto a mi hermana. Aunque para muchas personas parece normal terminar el colegio y graduarse, para nosotras significó un gran reto y esperanza al ver que podíamos avanzar”. Con esa reflexión inicia el relato sobre su vida Karen, una joven de 21 años de gran sonrisa. Cabello liso y negro, pestañas largas y maquilladas, uñas de sus manos con manicure y un piercing en su nariz son lo que la distinguen.
“Procuro siempre verme arreglada, eso es muy importante en el taller porque es la imagen que reflejamos en el mundo laboral y lo he aprendido aquí. Siempre, antes de salir de casa, busco verme bien”, comenta sobre su estilo. Una niña de cuatro años y un bebé de nueve meses, son las personas que dictan el camino de su vida y quienes la impulsan a seguir estudiando para afrontarse a un mundo laboral más estable. Servicio al cliente, mesa y bar es el taller que cursa actualmente Karen y que, en sus palabras, es un “arte” que la ha fascinado y que la ha llevado a decidir a lo que quiere dedicarse en su vida a nivel profesional.
“Llegué a Save the Children porque un primo me trajo un volante que anunciaba el proyecto de estudiar gratis. Para ese entonces, yo no estaba estudiando sino me dedicaba a mis hijos, pero con el bichito de cuándo volvería a las clases para terminar mi colegio y así trabajar. Mi primo me gastó el transporte ese día para ir a reunirme con el equipo de la fundación, no sabía si pasaría por lo que no era bachiller, pero me lancé con la fe de conseguirlo”, comenta.
Tras ese primer encuentro con la organización, Karen ingresó al proyecto en la línea de habilidades para la vida que la llevó a presentarse a varias entrevistas laborales pero la falta del título de colegio la frenó en esa faceta. “Con mi hermana nos dio mucha tristeza porque queríamos trabajar, pero no nos aceptaban por ser bachiller. Pero, la profesora Mónica de Save the Children nos motivó: nos decía que siguiéramos adelante que había más oportunidades. Con su apoyo volvimos a inscribirnos en el colegio al punto de que hace pocos días nos graduamos”, cuenta con una gran sonrisa y agradecimiento. “Los primeros meses del taller y de las clases en el colegio me tuve que llevar a mi bebé porque no tenía con quien dejarlo, llegué a pensar que ser madre sería un impedimento para continuar con mis estudios, pero, al contrario, encontré gente maravillosa que me apoyaba y me ayudaban en ese proceso porque la meta era no faltar al proyecto”, comenta en medio de risas al recordar que en las clases su bebé lloraba o se ponía a jugar con el profesor del curso.
“Soy muy tímida para hablar, pero las capacitaciones de empleabilidad me han ayudado muchísimo a afrontar eso, ahora miro atrás y veo el avance que he tenido. El graduarme fue muy rico, ha sido una de las emociones más lindas que he sentido. Al final, nos hicieron jurar la bandera y yo me abracé con mi hermana y gritábamos que lo lográbamos, llevábamos cinco años sin estudiar”, dice. Pese a que Karen encontró en su cuñada el cuidado de sus hijos, aún los lleva a sus clases porque busca que ellos también aprendan y sientan amor por la educación. “Antes de ser mamá soñaba con estudiar todo lo relacionado a la estética. Siempre había querido estudiar, pero nunca se me había dado la oportunidad. Ahora que termine el curso, mi sueño siguiente es trabajar en lo que estoy aprendiendo para ayudar a mi esposo e hijos”.
A sus hijos, Karen sueña con verlos realizando sus sueños y con un futuro más estable y con el ideal de siempre luchar por lo que quieran lograr.
Contexto e información del proyecto:
Cali es la capital del departamento del Valle del Cauca y es la tercera ciudad más poblada de Colombia. Se ubica en la región sur del Valle del Cauca, entre las cordilleras occidental y central de la región andina. La ciudad forma parte del área metropolitana de Cali, junto con los municipios adyacentes. La ciudad es uno de los principales centros económicos e industriales de Colombia, además de ser el principal centro urbano, cultural, económico, industrial y agrícola del suroeste del país y el tercero a nivel nacional después de Bogotá y Medellín. Sobre el proyecto Empleabilidad de jóvenes para un futuro mejor, se busca dar a los adolescentes y jóvenes (hombres y mujeres) con escasos recursos económicos la posibilidad de encontrar actividades económicas decentes, seguras y legales a través del empoderamiento económico, el fortalecimiento de sus habilidades personales y técnicas y la creación de alianzas con el sector empresarial (empresas productivas/servicios y comercio).