Pasos de esperanza y ritmos de transformación

Colombia, 21 de junio 2024

Danilo dejó atrás su mundo tranquilo y divertido

Danilo* llegó a Colombia cuando tenía 8 años. Venía de un lugar donde podía disfrutar de las olas del mar, la libertad para jugar en la calle con sus primos y primas sin temor alguno solía divertirse en casa de su abuela a quien visitaba con frecuencia. Para él su mundo era un lugar tranquilo.

Un día, Rebeca, su mamá, le dijo que debían realizar un viaje a otro país y así fue como iniciaron un tránsito hacia Colombia. En su imaginario infantil, Danilo* aún no contemplaba lo que sería su traslado a este nuevo país. Sus expectativas eran seguir creciendo en su mundo tranquilo y cálido para jugar, hacer nuevas amistades y continuar disfrutando de su infancia.

Al llegar a Colombia, Danilo* se sintió muy aburrido y pensó que los juegos en la calle habían terminado; que las salidas a montar bicicleta en las tardes no volverían. Ahora él tiene 11 años y mientras su mamá y papá salen al trabajo para cubrir las necesidades del hogar, él permanece triste en casa con su hermana mayor, con quien frecuentemente pelea y discute. Danilo* menciona que en ocasiones se siente enojado y frustrado, razón por la que lanza objetos y discute frecuentemente con su hermana, además de sentir cada vez más que poco o nada le interesa todo que pasa en su cotidianidad.

El impacto que han tenido los cambios en la salud mental de Danilo*

Desde que su familia emprende el viaje, todo ha sido diferente para él. Su mundo dejo de ser tranquilo y divertido. Ya no tiene con quien jugar. Su mamá y papá están muy preocupados por él y no entienden qué le puede estar sucediendo, ni por qué está tan irritable, situación que sigue incrementando con el tiempo. Sin amistades y aislándose cada vez más de su familia, Danilo* estaba y se sentía cada vez más solo. Además, lo que Danilo* no dice con palabras, su cuerpo lo expresa, pues se enferma con frecuencia y se queja de fuertes dolores de cabeza.

Esta situación era percibida con mucha preocupación por sus progenitores, quienes con frecuencia lo llevaban al servicio de salud, sin embargo, la recuperación era por periodos cortos, lo que les impulsa a buscar otras opciones, encontrando un espacio proporcionado por el equipo de Save the Children, donde Danilo* después de mucho tiempo volvió a sentirse escuchado y tranquilo.

Todas estas situaciones generaron en su familia sentimientos de culpa, por haber tomado la decisión de venir a Colombia y ahora temen que Danilo* se lastime, pues cuando él se enoja, “se golpea contra las paredes, tira las cosas, y le pega a su hermana”.

«Todo me da rabia. Me enoja que mi mamá me regañe» Danilo*

Danilo*, aunque asiste a una Institución Educativa de la ciudad, dice no sentirse bien con su profesora y haber perdido la motivación por la escuela. Por su parte, Rebeca ha buscado cursos y actividades extracurriculares, con el propósito de ayudarle a su hijo en su adaptación a la ciudad, y en estas búsquedas logra encontrar un espacio de baile donde Danilo, inicialmente, asistió con entusiasmo; sin embargo, dice también aburrirse y por ello no volvió.

Poniendo en orden las emociones

Una vez que Danilo inicia actividades con el equipo de Salud mental y apoyo psicosocial de Save the Children, se empieza por identificar cuáles son las emociones que está experimentando, siendo a través del juego, el moldeado de plastilina y la literatura que logra expresar que, en varias ocasiones cuando estaba triste, lo manifestaba con enojo e impulsividad, dándose cuenta de que, en los momentos que más peleaba con su hermana era cuando se sentía aburrido, triste e incluso solo. Esto no era fácil para Danilo, pues siempre recibía regaños por parte de su madre y padre, lo que le hacía sentir que no era comprendido.  

Pero entre la literatura y los personajes imaginarios que posibilitaban ponerles nombres e incluso color a las emociones, Danilo aprendió que está bien y que en ocasiones puede sentirse enojado, triste o frustrado, y también que es posible transformar y expresar sin lastimarse, ni lastimar a otras personas. El poder sentirse escuchado, comprendido y haber podido hablar y expresar todo lo que le generaba malestar ha posibilitado que retome actividades que disfruta, ha mejorado poco a poco el relacionamiento con su familia, que a su vez ha sido orientada para ser un espacio seguro y protector para él, minimizando sus sentimientos de culpabilidad, pero favoreciendo el acompañamiento y apoyo que como cuidadores pueden brindar.

Actualmente Danilo* ha retomado sus clases de baile y se siente muy animado participando en competencias. Ahora, cuando Danilo* se molesta habla de lo que siente y piensa, respira y conjuntamente en familia se buscan alternativas para atender a las necesidades que surgen.

 

[FIN]

Elaborado por:

Claudia Camelo
Oficial SMAPS y VSBG

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