Los Chacón*, una familia comprometida con la protección de la niñez

Los temas de conversación de la familia Chacón a la hora del almuerzo siempre terminan con Save the Children de por medio, y no es para menos. Desde hace un par de meses esta particular familia residente en oriente del departamento de Norte de Santander, participa de diferentes acciones que desarrolla la organización en la frontera entre Colombia y Venezuela, país que tuvieron que dejar en busca de mejores oportunidades.

Y precisamente en ese afán de encontrar un mejor futuro para ella y su familia, Maria*, la progenitora, y su hijo mayor, Óscar (18 años), fueron los primeros del núcleo familiar en conocer a Save the Children. La labor de la organización por proteger y promover los derechos de la niñez los cautivó rápidamente y le apostaron a ser parte del voluntariado de esta organización.

Posteriormente, Santos y Santiago de 6 y 8 años ingresaron a los Clubes de Niños, donde aprenden sobre nuevas masculinidades corresponsables, proceso que les ha permitido explorar nuevas habilidades mientras se divierten con sus amigos.

La historia de los Chacón* en sus propias palabras

Óscar acompaña la estrategia de Clubes de Lectura y Escritura en Norte de Santander, un proceso que permite brindarles herramientas de lecto escritura a niños y niñas durante ciclos cortos de tiempo. 

“Antes de conocer a Save the Children no tenía idea de qué quería estudiar. No estaba haciendo nada y se me presentó la oportunidad de ser parte del voluntariado y me postulé porque me agradaba la idea de trabajar con los niños. Ingresé y a medida que fueron pasando los días me di cuenta de que encontré lo que estaba buscando. Me interesé por estudiar primera infancia o trabajo social”, explica emocionado Óscar. 

Ya encontré mi vocación por el trabajo con la niñez y la comunidad acá. Ser voluntario ha sido una experiencia increíble y espero que se siga alargando y que más personas se unan a este voluntariado, que la verdad es algo muy chévere”, agregó.

 “Lo interesante de los Clubes de Lectura y Escritura  es que los niños y niñas ven esta estrategia como forma de aprender mientras se divierten”, agrega con emoción. 

Por su parte, María describe su experiencia en el voluntariado como algo ‘único’ que le permitió descubrir su vocación. Desde que hace parte de la organización retomó sus estudios superiores, ser licenciada en pedagogía infantil es una de sus metas, al igual que la de su hijo Óscar. 

“Hago parte del voluntariado con el único fin de salvar a niñas y niños, ayudarlos a que encuentren un camino. Yo sé que no vamos a poder llegar a todos los niños, pero la idea es esa, dejar esa semillita, dejar ese granito de arena para hacer la diferencia en alguno de ellos” 

“Nuestra labor está enfocada en la población vulnerable y migrante y me identifico mucho con ellas y ellos porque padecí junto a mi familia de esta situación. Por años vivimos en Venezuela y tuvimos que retornar a Colombia por la situación de ese país, y llegar nuevamente a Colombia no fue fácil”, asegura.  

María asegura que la participación de sus hijos menores en los Clubes de Nuevas Masculinidades del proyecto El Mundo es mi Hogar, apoyado por Global Affairs Canada, ha permitido que en su hogar se pueda hablar fácilmente de la igualdad de género. 

“Mis niños han entendido que los colores no definen el género y son felices explicándole este y otros aprendizajes a sus amigos”. 

“Estar en club me ha gustado, he aprendido bastante, sobre las enfermedades de transmisión sexual, sobre los derechos humanos, que los colores no nos definen porque son colores y todos podemos usar cualquier color y que los niños también lloran porque todos sentimos dolores”, explica Santos con emoción. 

“Los niños y las niñas pueden jugar a todo, podemos hacer las mismas cosas, realizar las tareas de la casa” . 

Maria explica que, aunque no estaba entre sus planes ser parte de Save the Children , luego de asistir a una reunión comunitaria y escuchar las acciones de la organización le quedó sonando la idea de ser parte de ella. 

“Luego de esa primera reunión, fuimos a casa y no parábamos de hablar de la fundación, averiguamos por internet, visitamos su página web y redes sociales y nos enteramos de la labor tan grande que realizan en todo el país, eso nos llamó mucho la atención y desde entonces nos unimos a esa enorme tarea de proteger a la niñez”, finaliza. 


Sobre ‘El Mundo es mi Hogar’ 

En el marco del proyecto ‘El Mundo es mi Hogar’ financiado por Global Affairs Canada, Save the Children promueve la realización del derecho a una educación de calidad, segura y con perspectiva de género para las niñas y niños afectados por el conflicto y la crisis en la frontera colombo-venezolana. Con esta iniciativa se pretende llegar a más de 30.403 niños, niñas y adolescentes en Norte de Santander, Arauca y La Guajira.   

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