La leche materna salva a la bebé Mariángel* de su desnutrición

Laura* es una adolescente Wayuu de 16 años participante del programa de manejo del riesgo en nutrición de Save the Children1. Ella es madre de una bebé de siete meses de edad. Vive con su mamá en su territorio ancestral, una comunidad rural de La Guajira y en sus tiempos libres se dedica al tejido de mochilas y otras artesanías Wayuu.

“Soy Wayuu de la Alta Guajira, tengo una bebé que ahora está hermosa y sana. Los primeros meses fue difícil para las dos porque yo no sabía cómo darle el seno, no me salía leche, entonces ella no se estaba alimentando bien porque solo le daba agua de azúcar. Yo estaba desesperada porque cada día la veía sin fuerza y más débil, necesitando ayuda, por eso me acerqué a un centro de salud”, cuenta Laura*, madre de Mariángel*, niña que actualmente tiene 7 meses de edad.

Durante la visita a su corregimiento en la Alta Guajira, el equipo de salud y nutrición de Save the Children conoció el caso de la bebé menor de seis meses que sufría desnutrición aguda severa tipo marasmo (que tiene signos físicos muy marcados, como pelo amarillo y quebradizo, ojos hundidos y/o delgadez extrema). Por ello, se trasladó a la bebé para atención de segundo nivel de complejidad hacia el Hospital, dado que la normatividad colombiana requiere del manejo integrado de la desnutrición aguda en niños y niñas, especialmente de los menores de 6 meses. Se estipula que estos casos deben ser tratados intrahospitalariamente, en compañía de su madre o cuidador y su manejo debe basarse en la estabilización y el restablecimiento de la lactancia.

 
 

Laura* y su bebé fueron trasladadas en ambulancia en compañía del equipo médico del centro de salud y acompañamiento por parte de Save the Children. Al llegar al centro hospitalario, la bebé fue ingresada a cuidado intensivo neonatal y separada de su madre, quien se alojó en compañía de la abuela en un hogar de paso. El equipo de Save the Children, con interés y en aras de brindar apoyo pertinente a la madre, indagó con el equipo médico intrahospitalario sobre la evolución de la niña, quienes informan de la situación. Se trataba de Mariángel*, quien no dejaba de llorar y se encontraba en compañía de su madre adolescente y su abuela. Ellas también estaban en malas condiciones generales, delgadez visible y signos físicos correspondientes a desnutrición severa.

En ese punto, el equipo conformado por consejera en lactancia materna hablante de wayunaiki, decidió intervenir con el consentimiento de la madre y abuela, y con autorización del médico. Se asesoró a la madre, quien intentó alimentar a la niña de su pecho. Sin embargo, se observó pezón plano, y aunque sea una situación común, esta trae poca confianza en la madre, quien adicionalmente debía reforzar su técnica de amamantamiento. Así, el equipo de salud y nutrición de Save the Children acompañó a la madre por medio de consejería, considerando las inquietudes manifestadas sobre técnicas de amamantamiento, buen agarre del pecho, estimulación, extracción y conservación de la leche.

“Desde el momento en que conocí a las enfermeras [de Save the Children], me pidieron mi número de celular y empezaron a comunicarse conmigo, cada vez que llamaban o visitaban me animaban a seguir practicando los consejos para lograr una buena práctica de lactancia con mi bebé. Con el paso del tiempo empecé a ver los cambios en ella, porque ya estaba cogiendo más carne y fuerza. Además, recibí un kit para mi bebé”, explica Laura*.

 
 

Laura* también recibió un acompañamiento y seguimiento por parte del equipo de Salud mental y apoyo psicosocial (SMAPS), con el propósito de garantizar el bienestar de la adolescente, ya que en este caso no solamente era la bebé que requería apoyo y atención. Desde el componente de nutrición, se le ofrecieron consejerías en lactancia materna y alimentación saludable con alimentos propios del territorio. Finalmente, se le entregó un kit de lactancia materna y un kit de cunas de amor como una estrategia para evitar la muerte súbita en recién nacidos.

“Afortunadamente, en el lugar estaban las personas de Save the Children, ellas apenas me vieron se acercaron y hablaron conmigo, yo les comenté la situación que estaba pasando. Ese fue el primer día que mi hija bebió leche materna, usaron un vasito para darle la leche que me saqué con la ayuda de los masajes. Para mí era como un milagro porque con unos masajes alrededor de mi seno yo pude ver como salía la leche. Para que mi bebé tomara la leche, ellas usaron un vaso y cuchara, ya que la bebé estaba muy débil y no tenía un buen agarre. Ese mismo día me explicaron que había muchas formas para lograr que la lactancia materna fuese una buena experiencia para mi bebé, por ejemplo, con las posiciones a la hora de darle el seno y los masajes”, cuenta hoy la madre.

“Ya han pasado más de 6 meses y me siguen atendiendo, cada vez que llegan al hospital de Nazareth me citan para valorar a la bebé y seguir enseñando las formas correctas de alimentarla. La última vez que nos vimos, me hablaron sobre alimentación complementaria, me comentaron sobre los alimentos que puedo darle para acompañar la lactancia materna. Para mí es importante ver a las personas de Save the Children porque me siento apoyada y orientada para alimentar y cuidar a mi bebé”, termina feliz.

Para que organizaciones como Save the Children logren apoyar estos procesos y luchar así contra la desnutrición infantil, requieren apoyos de la sociedad a través de donaciones individuales y corporativas. Cualquiera que quiera, puede unirse a la campaña “El hambre duele” haciendo una donación individual a través de su web.
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