«Desde que estoy en el Club de Lectura no he parado de leer»

Cualquier anuncio, póster o valla publicitaria que veía en la calle, camino a su escuela, representaba un nuevo reto de lectura para David*, de 8 años. Desde que ingresó a la estrategia de «Clubes de Lectura», apoyada por Global Affairs Canadá, no ha parado de leer y leer, y ese es hoy uno de sus mayores pasatiempos, pese a que ya culminó el último nivel de la estrategia. 

La historia de David* en sus propias palabras

Cada vez que David* habla sobre las experiencias en el Club de Lectura la mirada se le ilumina y no titubea a la hora de contar lo que aprendió, pues estos logros en su avance lector lo llenan de alegría. 

“ En el club nos enseñaron a leer y a escribir mejor.  A comprender bien los textos, analizarlos, a tener una lectura en silencio. En el colegio la profesora de lengua castellana me felicitó porque he mejorado mucho en esta materia”, asegura David*.  

 “Además, ir al club ha sido divertido. Aprendí a reconocerme a mi mismo, a demostrar las cualidades y capacidades que tengo. Descubrí que me gusta dibujar y soy feliz compartiendo mis dibujos con otras personas”, agrega emocionado. 

“A nosotros siempre nos trataron bien, nos enseñaban, nos corregían tan bonito cuando hacíamos algo equivocado y lo más rico, nos daban merienda” .  

“También aprendimos muchas cosas buenas. Entre esas las actividades socio- emocionales que debemos respetar y aceptar a los demás, tal cual como son, a portarnos bien en la casa y a respetarnos entre nosotros mismos” .

“Muchos niños se la pasaban en la calle y desde que están en el club sólo asisten al club y les gusta. Ellos dejaron de estar en la calle, dejando atrás las cosas malas que ellos hacían” , relata. 

“ En mi casa siempre me apoyaron, me motivaban a continuar en el club. Mi mamá siempre me apoyó, mi papá me decía que debía ir al club, que siguiera adelante, que esto tengo que aprovecharlo y que era una oportunidad para yo crecer académicamente y como persona también. Llegaba del Colegio, me bañaba, almorzaba alistaba mis cosas y de una para el club con mis amiguitos Anderson, Mili y Jenny, nos íbamos todos juntos con mi mamá porque ella siempre nos llevaba y nos traía” .

“ Cuando me gradué y la profe me dijo que ya había aprendido bastante y que debía reforzar en la casa, me sentí triste porque quería seguir asistiendo al club para aprender más y seguir divirtiéndome como no me había divertido nunca”. 

Sandra*, la madre de David* se mostró bastante satisfecha con los logros alcanzamos por su hijo durante su permanencia en el Club de Lectura y Escritura, y resaltó la importancia de seguirle dando continuidad a este tipo de espacios y procesos de aprendizaje que hacen la diferencia en los sectores más vulnerables, donde las oportunidades participar en una estrategia de este tipo son escasas. 

Nunca antes había visto a mi hijo tan feliz, era impresionante como llegaba del colegio, se alistaba, hacia sus compromisos y corría para el club con sus amiguitos. Desde que estuvo en el club es un niño diferente, alegre, feliz y sonriente y eso me llene de mucha emoción y orgullo “ finalizó conmovida. 

 


Sobre ‘El Mundo es mi Hogar’ 

En el marco del proyecto ‘El Mundo es mi Hogar’ financiado por Global Affairs Canada, Save the Children promueve la realización del derecho a una educación de calidad, segura y con perspectiva de género para las niñas y niños afectados por el conflicto y la crisis en la frontera colombo-venezolana. Con esta iniciativa se pretende llegar a más de 30.403 niños, niñas y adolescentes en Norte de Santander, Arauca y La Guajira. 

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