De las tablas a la casa

 
Hace cinco años en una noche que jamás saldrá de sus cabezas, Lula* y sus cuatro hijos, Natalia*, Valeria*, Juan David* y Yeison* tuvieron que abandonar su lugar de origen, todo lo que eran, todo lo que hacían, todo lo que amaban, el campo, el aire fresco, su casa, sus cosechas, el río, el atardecer; todo por salir huyendo y proteger sus vidas. Y es que, en Colombia, el desplazamiento forzado es un fenómeno que se da diariamente en comunidades sin distinción alguna, esto desde el inicio del conflicto armado y en particular en los últimos treinta años. Así como Lula, es común encontrar familias enteras que buscan escapar de los horrores de la guerra.
Fue así como el año pasado Lula, quien es madre soltera llegó a Tumaco con sus cuatro hijos y solo con la ropa que les abrigaba, miles de pensamientos pasaban por su cabeza “y ahora ¿cómo voy a alimentar a cuatro bocas? ¿qué va a pasar con nosotros?” y con la fortaleza que caracteriza a todas las madres, alzó su cabeza, limpió sus lágrimas y pidió ayuda, encontrando solidaridad en sus vecinos quienes, al ver la situación decidieron acomodar a toda la familia en un pequeño terreno, en donde con tablas construyeron un espacio al que llamaron: hogar.
Sin embargo, muy por el contrario, a lo que podemos imaginar como hogar, este espacio se componía de condiciones muy precarias, su vivienda estructuralmente se convirtió más que en un alivio en un riesgo, en donde el techo amenazaba con caerse, la falta de paredes, camas, baño entre otras necesidades básicas hacía que sus hijos de 8, 10, 12 y 14 años, respectivamente, no tuvieran un lugar seguro para habitar. Sumado a estas condiciones, la vida no era fácil para las niñas y niños, quienes se encontraban fuera del sistema escolar, un hecho que hacía que estuvieran expuestos a riesgos como el reclutamiento por parte de grupos armados y abusos sexuales, entre otros…
 
Cuando Save the Children llega a sus vidas …
 
“Cuando tocan la puerta de mi casa, una fundación que se llama Save the Children a darme acompañamiento psicosocial, yo sentía pena, impotencia, rabia, tristeza pero en mis hijos veía una pequeña luz de esperanza, por eso me permití seguir y aceptar este acompañamiento y proceso de recuperación emocional, que no parece tan importante pero que al fin y al cabo termina siendo todo, porque antes de ser madre y para brindarles una mejor calidad de vida a mis hijos debo conocer y reconocer mi interior, una lección que me dejó Save” Expresa Lula.
A través del acompañamiento psicosocial y partiendo del reconocimiento y validación de las emociones, la sensibilización frente a los riesgos de protección infantil y las afectaciones a la integridad de los niños, niñas y adolescentes se promovió en la familia las ganas y deseos de explorar su potencial, sus habilidades y sus capacidades para decidir hacer, y mejorar sus condiciones de vida. Gracias al trabajo en equipo con Alianza por la Solidaridad, se sumaron esfuerzos y se gestionó el mejoramiento de la vivienda, no solo se modificó estructuralmente el espacio físico para habitar, también se transformó la calidad de vida de los niños y niñas y su madre-cuidador, logrando brindar un espacio seguro y protector.
Así como la familia de Lula, en Colombia, La Defensoría del Pueblo reveló un preocupante informe sobre los desplazamientos forzados ocurridos en el país durante los primeros cinco meses del 2023 según el reporte, se registraron 43 desplazamientos entre enero y mayo, afectando a un total de 6.081 familias, lo que equivale a 15.437 personas.
El informe destacó que los departamentos del Pacífico son los que presentan la mayor cantidad de eventos masivos de desplazamiento en el territorio nacional. Nariño encabeza la lista con 17 desplazamientos.
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