Harán falta otros 60 años para cumplir el objetivo mundial de eliminar todas las formas de castigo corporal, a menos que se acelere el ritmo actual de progreso [1], según un análisis de Save the Children publicado en el Día Internacional para Acabar con el Castigo Corporal.

Los Estados miembros de las Naciones Unidas acordaron la meta de 2030 para la prohibición universal del castigo corporal como parte de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) firmados en 2015 para hacer frente a la pobreza y la desigualdad. Sin embargo, los avances han sido lentos, con unos dos países al año que promulgan la prohibición, lo que deja al mundo muy por detrás de sus ambiciones.

El castigo corporal es la forma más común de violencia contra los niños en todo el mundo, con alrededor de 4 de cada 5 niños de entre 2 y 14 años sufriendo castigos corporales en su hogar cada año [2].

Sólo el 15% de la niñez de todo el mundo -unos 320 millones- están plenamente protegidos por la ley contra el castigo corporal, y unos 66 de los 193 Estados prohíben el castigo corporal en todos los ámbitos. Solo 20 países han prohibido el castigo corporal en los nueve años transcurridos desde la adopción de los ODS, frente a 30 países en los nueve años anteriores a 2015.

Otros 27 países se han comprometido públicamente a reformar sus leyes, lo que, de promulgarse, protegería a otros 288 millones de niños [3].

El castigo corporal adopta muchas formas, como bofetadas, patadas, sacudidas, quemaduras y obligar a los niños a permanecer en posturas incómodas. También incluye el trato humillante no físico que menosprecia al niño.

En todo el mundo, el castigo físico y mental de los niños a manos de padres, profesores y cuidadores provoca la muerte de miles de niños cada año, y muchos más resultan gravemente heridos. También provoca la disminución del bienestar psicosocial de innumerables niños y tiene un profundo impacto en su desarrollo saludable.

Steve Miller, director Mundial de Protección de la Infancia de Save the Children, ha declarado: «Es hora de acelerar el progreso. Con el objetivo de la prohibición mundial para 2030, tenemos 6 años -no 60- para proteger plenamente a los niños de los castigos violentos.

El castigo corporal es una violación de los derechos del niño, y su aceptación social generalizada normaliza un nivel de violencia durante toda la infancia que puede conducir a otras formas de violencia y maltrato. Pedimos a todos los países que prohíban todas las formas de castigo corporal contra los niños en todos los entornos para 2030 y que escuchen a los niños para generar un cambio.»

El castigo corporal tiene un impacto devastador y a largo plazo en los niños y la falta de avances para abordar esta cuestión es una preocupación mundial.   La primera conferencia ministerial para poner fin a la violencia contra los niños, que se celebrará este año, nos brinda la oportunidad de hacer un esfuerzo concertado para alcanzar el objetivo de 2030.

Cualquier país que prohíba el castigo corporal está enviando un fuerte mensaje de que está escuchando a los niños. La prohibición deja claro que se respetan los derechos de los niños. Deja claro que no hay nada aceptable en someter a los niños a abusos físicos o mentales en el hogar o en cualquier otro lugar.»

La falta de avances es una preocupación mundial. Alrededor de la mitad de los países de renta alta aún no han implantado una protección legal completa, frente al 70% de los países de renta media y más del 90% de los países de renta baja [4].

El programa «Familias Seguras» de Save the Children ayuda a los padres a cambiar la relación con sus hijos de una relación de poder y control a otra de comprensión mutua y resolución de problemas. Organizamos sesiones paralelas para padres e hijos, y en lugar de una serie de instrucciones fijas, nos centramos en construir familias más fuertes.

[FIN]  

 Contacto:  

Yaira Ojeda – Oficial de Comunicaciones  
yaira.ojeda@savethechildren.org
3008861393

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[1] Datos sobre población infantil extraídos de las últimas Perspectivas de la Población Mundial de la ONU.

[2] Clasificación de los ingresos por países según el Banco Mundial.

[3] https://www.end-violence.org/ending-corporal-punishment

[4] El cálculo de 60 años se basa en el ritmo de progreso en la prohibición del castigo corporal en todos los ámbitos, incluido el hogar, desde septiembre de 2015, cuando se acordaron los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU. En los casi nueve años transcurridos desde entonces, otros 20 países han acordado prohibir el castigo corporal contra los niños en todos los entornos, lo que supone un ritmo de unos dos países por año. Hasta la fecha, 66 de unos 200 Estados han prohibido el castigo corporal en todos los entornos.