A mí me gusta ser Wayuu y soy feliz en la comunidad
La historia de Manuel* en sus propias palabras:
Mi mamá y mi abuela son Wayuu Ipuana, por eso yo también lo soy. Nuestra cultura es diferente a la de los arijunas (no indígenas), tenemos música, baile, comida y medicinas que nos hacen únicos, estoy aprendiendo a bailar la Yonna, mi abuela me explico que debemos hacer el baile cuando tenemos un evento importante en la comunidad por ejemplo si llega una visita, o si algún familiar tuvo un sueño, son muchos los motivos para bailar.
La Yonna es la danza típica del pueblo Wayuu y se baila al ritmo de la kasha (tambor), las mujeres y los hombres bailan descalzos y los pasos que se hacen son para representar a los animales, la naturaleza y la espiritualidad. “Cuando yo bailo la Yonna, me ponen un tejido colorido, mi camisa roja y empiezo a dar pasos hacia atrás con mucho cuidado para que mi pareja no me tumbe, es como si fuera un juego porque uno da muchas vueltas al ritmo de la Kasha”.
A mí me gusta ser Wayuu y yo soy muy feliz en la comunidad, puedo correr y jugar tranquilo, además mis familiares me cuidan, todos vivimos cerca y yo visito a mis tías y mi abuela a cada rato, juego con los primos y cuando estamos cansados pedimos chicha para refrescarnos, es una bebida de maíz muy deliciosa.
En la comunidad de Manuel* se viene implementando el proyecto “Achecherra Wakuaipa” con el apoyo de Save the Children y la Fundación Minderoo, con el propósito de fortalecer las prácticas tradicionales y ancestrales del pueblo Wayuu en la comunidad, como los juegos, la alimentación, la música, las medicinas y otras prácticas que benefician el desarrollo integral de la niñez Wayuu.
Cuando las maestras de Save the Children llegan a la comunidad me pongo contento, porque hacemos actividades chéveres, jugamos, cantamos jayechis, y también tomamos yajaushi [mazamorra de maíz con leche y una pizca de sal]. Recuerdo que el año pasado hicimos una actividad con todos en la comunidad, bailaron la yonna, comimos friche, estuvimos en un círculo de la palabra, ahí hablamos y nos escuchamos entre todos.
Los círculos de la palabra son espacios dedicados a tener un acercamiento con el pensamiento propio de algunas culturas que hacen parte de nuestra diversidad y cultura en el país. El pueblo Wayuu realiza está práctica inicio como un proceso de educación hacia la niñez para transmitir los saberes ancestrales y tradicional.
Para mi ser Wayuu significa, ser diferente a los demás porque tenemos otras maneras de vivir y todo lo que somos nos hace únicos, la comida, los bailes, los juegos, la lengua y mucho más, por ejemplo, en mi comunidad el paisaje no es como en la ciudad, aquí todo es más tranquilo, tengo a mi familia cerca, la verdad es que a mí me gusta ser Wayuu y soy muy feliz aquí en mi comunidad.