“Ya no me siento sola” Save the Children me ha acompañado durante todo mi embarazo
Carmen* tiene apenas 16 años y ya ha recorrido un camino que pocas personas podrían imaginar, desde una migración de su país natal hasta violencias en su hogar. Su historia comienza entre el miedo y la incertidumbre. Una «hernia» sospechosa, dolores extraños y un cuerpo que empezaba a cambiar fueron los primeros indicios de que algo no estaba bien. Pero en realidad, lo que crecía en su vientre no era una enfermedad: era vida.




Luego de días de sentirse enferma y por recomendación de su madre acudió a la URSS (Unidad de Salud Sexual y reproductiva) de Maicao, donde recibió atención médica gratuita y finalmente supo que estaba en su tercer mes de embarazo, Carmen* sintió que el mundo se le venía abajo. El miedo era tan grande que escondió la carpeta de controles prenatales con una prima, incapaz de enfrentar la reacción de su familia. “Se me quería derrumbar el mundo, lloré todo el camino a mi casa, sentí que solo era un sueño, pero no”, recuerda. Aunque para su sorpresa encontró un apoyo incondicional en su mamá, quien en todo momento le acompaña.
Una de sus preocupaciones más grandes se cumplió cuando su hermano se enteró del embarazo, persistiendo con esto acciones de violencia intrafamiliar y angustia emocional tanto contra ella como contra su madre; las cuales, llegaban al punto de alertar a los vecinos y llamar en diversas ocasiones a la policía. Esto solo dejo de suceder luego del traslado de ciudad que tuvo su hermano, quien tiempo después la contacto y pidió perdón.
Sin darse cuenta su bebe se convirtió en esa luz que le permitió buscar ayuda y contar con apoyo, con alegría relata que en Save the Children ha encontrado profesionales que siempre la acompañan, “Aquí me hablaron desde la comprensión, me escucharon sin juzgar, me dieron opciones y poco a poco, aprendí a ponerle nombre a mis emociones, a entender que no estaba mal sentirse mal, y que sanar sí era posible”. ¡Ya no se siente sola!
Desde que supo que estaba en embarazo inicio su proceso de controles prenatales y atención psicológica, resalta que, a través del programa de gestión de casos, pudo identificar y activar rutas de atención y acceder a servicios clave durante su etapa de gestación, gracias a la articulación que la gestora logro realizar con la fundación Significarte, donde ingreso a espacios comunitarios a los que asiste medio tiempo con su hermanita. Allí aprende, crea, comparte con otras jóvenes embarazadas y recibe alimentación y orientación.
También la están apoyando en la gestión de sus documentos de identidad y los de sus hermanitas, para que puedan regularizar su estado migratorio y acceder a derechos básicos como la educación.
El apoyo que se le ha brindado a Carmen* ha sido integral, durante los cinco meses que ha estado vinculada a los servicios, ha recibido recibió elementos esenciales para su bebé, como pañales, toallitas, cremas y apoyo en transportes individuales para asistir a los controles en la USSR, aunque al día de hoy por su avanzado estado de gestación (8 meses) debe evitar desplazamientos por seguridad, por lo cual ahora recibe las visitas directamente en su hogar.
Hoy, Carmen* ha aprendido a cuidarse, a identificar sus emociones, a respirar antes de reaccionar y a pensar en su bienestar y el de su hija. Ha aprendido a perdonar, logro volver a hablar con su padre y, aunque no fue fácil, se siente optimista con tener dentro de poco a su hija en brazos y continuar participando en los programas de la organización. “Antes sentía que todo era frustrante, que si me moría no pasaba nada. Pero gracias a esas mujeres, a esas psicólogas, entendí que tengo que seguir adelante por mi hija y por mis hermanitos. Ahora sé que puedo”, dice con gran sonrisa.
Para más información:
Leonardo Barreto
Coordinador de comunicación
Fabian.barreto@savethechildren.org