El poder de la valentía e inspiración para volver a comenzar

Colombia, 6 de octubre 2024

Amaia, Pablo y sus dos hijos Roger y Álvaro, llegaron a Colombia en 2014, de manera irregular, pues su país de origen atravesaba por una crisis social y económica. Una vez en Colombia, lograron garantizar a sus hijos derechos como la educación y la salud. Sin embargo, la dinámica familiar empezó a cambiar y se dieron situaciones que no habían ocurrido antes. Pablo empezó a ejercer violencia sobre Amaia, de manera constante la insultaba, la golpeaba y le generaba un intenso malestar, le restringía dinero para cubrir gastos del hogar y le repetía constantemente que ella sería incapaz de vivir sin él; Amaia aún recuerda que Pablo le decía: “Eres solo una inútil, no puedes sola”. A pesar de que Amaia trabajaba, sus ingresos no eran suficientes para cubrir todos los gastos de la familia. Desde entonces su salud mental se empezó a deteriorar, ella aún recuerda cómo todas estas situaciones le generaban dolor, angustia, tristeza, sensación de inutilidad e incertidumbre.

Sumado al sufrimiento al que Amaia trataba de sobreponerse, en su relación se presentó una situación de infidelidad que incrementó este malestar, se profundizó la idea de que no era una buena mujer, de que sus capacidades no eran suficientes y de que todo lo que estaba viviendo era algo que merecía; su autoestima se seguía deteriorando y todo aquello que pensaba y sentía hacia sí misma cada vez era menos agradable. Amaia, permitía que toda esta situación siguiera adelante mientras permanecía en silencio, sintiéndose sola, temerosa y culpable, sin poder alimentarse ni descansar bien. Nos cuenta que un día decidió confrontar a Pablo, y eso solo incrementó la situación de violencia, a tal punto de que sus hijos de 13 y 7 años para ese momento tuvieron que intervenir para detener el maltrato.

En ese momento de crisis, Amaia decidió que no podía seguir aguantando en silencio este maltrato, pues ni ella ni sus hijos merecían vivir así. Decidió terminar su relación y pedirle a su pareja que se fuera de casa. Muchas personas cercanas y de la familia le criticaron y la descalificaron por esta decisión, y le sugerían que perdonara a su expareja; sin embargo, Amaia se concentró en brindar a ella misma y a sus hijos un hogar libre de violencia.  

Frente a estos cambios, decidió fortalecer su emprendimiento en el arte al que se dedicaba, notando que de manera autónoma podía sostenerse ella y a su familia, sobreponiéndose a todas esas ideas erróneas que había construido acerca de sí misma por toda la violencia que ejerció sobre ella su expareja. Amaia siguió luchando por su sueño de tener su propio negocio, le apasionaba el arte del estilismo. En su proceso de búsqueda de redes de apoyo en diferentes sectores, encontró la oportunidad de participar con Save the Children, donde con acompañamiento psicosocial y educación financiera pudo acceder a las herramientas que le hacían falta para llevar su emprendimiento a un nivel más alto.

Mientras Amaia participaba en las actividades grupales de salud mental, prevención de violencia sexual y de género (VSBG), empezó a notar cómo le habían afectado las situaciones que había vivido con su familia y cómo aún le generaban muchos sentimientos y a veces, inclusive, inseguridades, lo que la motivó a recibir un acompañamiento en salud mental para ella y sus hijos, quienes en este momento tienen 18 y 12 años. Ella ha notado que ellos también se ven afectados en la actualidad, y ha sido muy explícito por el comportamiento solitario, introvertido y ausente de su hijo Roger, quien es el mayor, mientras su hijo Álvaro quien, a pesar de ser sociable y amoroso, se ha notado triste y distante.

En un espacio individual con Roger se identifican sentimientos de culpa, vergüenza, enojo y un proceso de duelo, por el distanciamiento con su padre. Se siente desmotivado y le ha costado trabajo construir su proyecto de vida, casi ninguna actividad le genera interés, por lo que desde la intervención en salud mental se inició un acompañamiento en el que se han brindado herramientas para estructurar rutinas, identificar sus redes de apoyo y se ha incentivado el inicio de educación formal por medio virtual, también la construcción de su proyecto de vida y la desculpabilización frente a todo lo ocurrido, ya que como niño fue víctima de diferentes formas de violencia de las que no fue responsable ni culpable.  Roger ha aprendido a dar un nuevo significado a vivencias que tuvo, a usar la respiración como un ejercicio de regulación de estados de malestar que experimenta ocasionalmente, también estrategias que le ayudan a dar solución a dificultades en su cotidianidad y, por último, a organizar mejor su tiempo.

Por su parte Álvaro, desde el acompañamiento en salud mental, pudo darle nombre a todo lo que estaba sintiendo y sintió la confianza para expresarlo, fue validado frente a la tristeza que sentía por la ausencia de su papá y su familia extensa paterna, pero también frente a la rabia por la violencia ejercida hacia su mamá de la que fue testigo. Se fomenta el uso de sus recursos de afrontamiento que él identifica como importantes y que le han ayudado en otros momentos a sentirse bien, como: el buscar apoyo en su mamá y las personas a las que tiene confianza, y el uso de recursos espirituales como orar; por último, se acompañó un ejercicio simbólico de perdón hacía su papá y se enseñaron algunas estrategias que le posibilitan de manera autónoma hacer estos ejercicios de identificación y expresión emocional.

Por último, en el proceso. Amaia desde el acompañamiento en salud mental pudo afianzar y reconocer todo su potencial, no solo como emprendedora, sino como mujer y como madre. Se dio cuenta de que ella no era lo que otras personas decían, sino lo que ella había construido y por lo que se esforzaba en su día a día, que tal y como se lo propuso en un momento de su vida, tuvo la capacidad de tener un hogar libre de violencias y que fue ella la persona que cuidó de sí misma. Reconocer todo su potencial, termina siendo el paso para llevar su emprendimiento a un nivel más alto.

Amaia reconoce que el proceso desarrollado con Save the Children le permitió tener espacios para conocerse a sí misma y a más personas, construir redes de apoyo con otras mujeres y fortalecer su proceso de desarrollo personal y profesional; siente que está en proceso de elaboración del duelo por su proceso migratorio, pero también por su separación. En la relación con sus hijos refiere que ha conseguido inculcarles la importancia del perdón para que no pierdan el vínculo afectivo con su padre.  Amaia refiere: “Gracias por todo, mi corazón y mi alma, todo mi ser está agradecido con este proceso, por el trato y la atención en salud mental para mí y mis hijos, me siento grandiosamente bendecida, millares de gracias por esta oportunidad”.

[FIN]

Elaborado por:

Jeimmi Jiménez Castillo – Punto focal SMAPS – VSBG.
Sandra Torres Peña
– Punto focal SMAPS – VSBG.

Revisada por

Mónica Cuervo Pérez – TA SMAPS & VSBG.
Angelica Botero – Asistente de Salvaguarda de la niñez.
Yaira Ojeda – Oficial comunicaciones e incidencia.

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