El camino hacia mi encuentro

Colombia, 1 de octubre 2024

“A veces es más importante la salud mental y no quiere decir que uno esté loco o que esté mal, simplemente que como seres humanos nos agobiamos y es normal tener esa ayuda porque a veces queremos ser fuertes y es muy difícil y no se puede, y muchas veces es bueno tener ese empujoncito como esa ayuda que uno diga, necesito desahogarme, no solamente porque estás loco como dicen muchos porque no, eso es mentira”.  – Valentina.

Valentina, es una joven colombiana de 24 años quien ha enfrentado desafíos derivados del conflicto armado, como el desplazamiento forzado y la desaparición de su padre cuando era niña. Por estos motivos quedó bajo el cuidado exclusivo de su madre durante su infancia y adolescencia. A sus 22 años, Valentina viajó al exterior en búsqueda de nuevas oportunidades, y con el propósito de ayudar económicamente a su madre.

En este nuevo País, Valentina inició una relación de pareja y convivencia con Harris, un joven de 21 años, sin embargo, lo que empezó con la ilusión de construir una familia y la noticia de un embarazo, al poco tiempo se convirtió en una situación abusiva en la que Valentina constantemente era maltratada física, emocional y verbalmente por Harris. Con el embarazo llegaron síntomas como náuseas constantes, agotamiento físico y poco apetito; sin embargo,  Harris le reclamaba constantemente a Valentina, para que realizará las actividades del hogar, le exigía que lo “atendiera” luego de su jornada laboral, le hacía comentarios despectivos sobre su cuerpo y sus sentires, además de comparaciones con su expareja, molestándose si Valentina no accedía a sostener relaciones sexuales cuando él lo deseaba, se refería a ella como “exagerada” por verbalizar sus molestias.

Debido a esta situación, y a que se sentía sola, Valentina decidió regresar a Colombia para estar con su madre durante el resto de su embarazo y el parto, pero Harris, con quien ya había finalizado su relación de pareja, le seguía reclamando por haberse trasladado, culpándola por la ruptura de su familia y amenazándola con retirar el apoyo monetario hacia su hija si Valentina no retomaba la relación y la convivencia con él.

Sanando las heridas

Una vez en Colombia, Valentina asistió a un centro de salud para su control prenatal y ahí le hablaron de la programación de MAMI [1] dirigida por Save the Children. Valentina decidió asistir y participó en: un grupo de apoyo, talleres sobre Salud Mental, Vínculo Emocional y Violencias Basadas en Género; y descubrió que el programa brindaba acompañamiento psicológico. Valentina lloraba constantemente y le preocupaba que esto afectara a su bebé, se sentía abrumada por su situación emocional, especialmente al estar embarazada y no saber cómo enfrentar lo que estaba ocurriendo, por lo que decidió pedir apoyo psicológico. Nos decía: “Estaba como agobiada, no sabía cómo afrontarlo porque pues estaba en embarazo y todas esas cosas me hacían mal”.

Esta búsqueda resultó en un acompañamiento durante seis sesiones en las que pudo desahogarse, reconocer sus propias fortalezas, aprendizajes y herramientas para manejar su situación; trabajó en su autoestima, pudo reconocer las Violencias Basadas en Género y se replanteó su proyecto de vida. Valentina recuerda con gratitud el sentirse acompañada, con atenciones regulares en donde realizaba actividades que le ayudaron a reflexionar sobre sus emociones y prioridades.

A medida que avanzaba el proceso, Valentina notó un cambio en su perspectiva, aprendió a priorizarse a sí misma, lo que también influyó en la toma de decisiones respecto a su futuro y su decisión de continuar en Colombia. Además, destacó que las orientaciones recibidas la ayudaron a pensar y ver su realidad desde otras perspectivas y a enfocarse en su propio bienestar, lo que la motivó a iniciar sus estudios en Ingeniería de Alimentos. Valentina recomienda el servicio de salud mental, enfatizando la importancia de sentirse bien y cómo la atención profesional puede brindar un «empujoncito» necesario para desahogarse y encontrar apoyo en momentos difíciles. O como nos lo menciona Valentina: “Uno necesita como desahogarse, hablar con alguien, a veces en el hogar uno no tiene esa confianza de hablar con las personas de hablar como las cosas y a veces no es lo mismo hablar con un profesional que con una tía, un tío o un primo”.

Valentina prontamente iniciará su formación profesional, continúa viviendo con su madre y dio a luz a Sofia, su hija, una bebé sana, rodeada de amor y que ya tiene tres meses de edad. A pesar de las adversidades, Valentina al estar en Colombia encontró apoyo en su madre y en profesionales de salud mental y apoyo psicosocial de Save the Children, lo que le permitió retomar las riendas de su vida y centrarse en construir un futuro mejor para ella y para Sofia. Nos alegramos por Valentina y por Sofia, quienes tuvieron la oportunidad de salir de un ciclo de violencia.

[1] Programa de manejo del riesgo nutricional en niños y niñas menores de seis meses y sus cuidadores.

[FIN]

Elaborado por:

Lizeth Carolina Parra
Psicóloga

Revisada por

Mónica Cuervo Pérez – TA SMAPS & VSBG.
Angelica Botero – Asistente de Salvaguarda de la niñez.
Yaira Ojeda – Oficial comunicaciones e incidencia.

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