Dayana[1] tiene 23 años, es venezolana y hace 1 año y medio que vive en Colombia. Cuenta: “llegué sin nada, todo lo que tengo es mi familia”. Esta familia son su pareja y sus dos hijos de 3 y 7 años. Con ellos, tomaron la decisión de salir de su país con la ilusión de mejorar sus condiciones socioeconómicas y de poder dar a sus hijos una mejor calidad de vida.
Cuando Dayana tuvo su primer contacto con Save the Children, se encontraba muy afectada a nivel emocional, lloraba de manera constante, le era muy difícil conciliar el sueño, se sentía con miedo, angustia, sin esperanza, se encontraba irritable, triste, desamparada, al punto de tener dificultades para relacionarse con su familia y con las otras personas que tenía cerca. Dayana comparte que a lo largo de su vida tuvo que afrontar muchas situaciones difíciles. Durante su niñez fue sobreviviente de violencia sexual; durante la llegada a un nuevo país, su hogar fue la calle por algún tiempo; además de que en esta adaptación fue discriminada constantemente y víctima de xenofobia. Al recordar todo lo vivido, Dayana se sentía culpable e incluso llegó a pensar en quitarse la vida para alivianar toda sensación de sufrimiento, así como también llegó a autolesionarse cuando su desesperanza lograba invadirla.
[1] Nombre ficticio adaptado para salvaguardar la identidad de la protagonista de la historia.