Participantes y ponentes del estudio, ofreciendo diferentes puntos de vista sobre el tema.
Save the Children Colombia en articulación con la Fundación Ideas para la Paz (FIP), presentaron el estudio “Dinámicas del conflicto armado y violencia organizada que afectan la niñez” en un espacio virtual que contó con la participación de las Embajadas de Noruega, Canadá y Suiza- Ayuda Humanitaria y Desarrollo COSUDE, y con las voces de niños, niñas, jóvenes y adolescentes de los departamentos de Norte de Santander, Valle del Cauca, Arauca y Nariño, quienes dieron a conocer sus inquietudes, preocupaciones y puntos de vista ante el incremento desmesurado de las consecuencias humanitarias del conflicto armado, en los que se están viendo involucrados a lo largo del territorio nacional.
En la investigación se analizaron cuatro dimensiones, las cuales se abordaron desde una perspectiva territorial: contexto de seguridad e impacto de los grupos armados ilegales en la labor de las organizaciones comunitarias, instituciones y relacionamiento con líderes o lideresas sociales; reclutamiento y utilización de niños, niñas, adolescentes y jóvenes; violencia sexual y violencia basada en género; y la situación COVID-19 y conflicto armado, enfocado en municipios donde Save the Children brinda atención como Tumaco, Barbacoas y El Charco, en Nariño; Arauca, Arauquita y Tame, en Arauca; Buenaventura, Cali y Palmira, en Valle del Cauca; Ocaña, Teorama y El Carmen, en la región del Catatumbo en Norte de Santander.
“Este estudio identifica cuáles son los riesgos, las amenazas y las necesidades reales de los niños y los jóvenes en estas regiones y, en particular, nos conecta también con la manera de responder integralmente a cada una de sus necesidades”, explicó Paola González, Investigadora de la Fundación Ideas para La Paz.
Sobre seguridad territorial, el estudio permitió determinar que persiste un escenario híbrido donde confluyen diversos conflictos y otras expresiones de violencia organizada en estos departamentos; También se pudo identificar una adaptación de las estructuras armadas y el aprovechamiento del COVID-19 para incrementar el control social y territorial. A esto se suma una exacerbación del conflicto en las zonas de frontera y en territorio venezolano, en donde niños, niñas y adolescentes colombianos, migrantes y de grupos étnicos se están viendo afectados. ” Es una problemática que no da espera y debe convertirse en una prioridad para el Estado y la sociedad; no podemos ser indolentes”, recalcó enfáticamente María Victoria Llorente, directora de la FIP.
De igual manera, sobre reclutamiento y utilización de niños, niñas, adolescentes y jóvenes, el estudio concluye que existe un desconocimiento real de la magnitud de la ocurrencia. Algunos de los entrevistados denunciaron que hay una “normalización” de diferentes formas de violencia y que se mantiene la rentabilidad y las ventajas de los grupos para reclutar y utilizar a los niños y niñas. Finalmente, el estudio muestra que la respuesta institucional sigue siendo deficiente y limitada en las rutas de prevención para esta población, lo cual genera desafíos mayores para proteger y garantizar sus derechos.
El informe presentado hoy por Save the Children y la FIP confirma, entre otros, que la pandemia y las medidas de aislamiento para prevenir el contagio han limitado de manera significativa el acceso de los niños y ´jóvenes a los servicios básicos en educación, salud y alimentación, entre otros. , La ampliación de influencia de algunos grupos armados y criminales durante la pandemia, así como la configuración de los conflictos en estas regiones, plantea un reto preocupante para la acción humanitaria”, puntualizó Christine Büsser Mauron, Jefa de Misión Adjunta de la Embajada Suiza en Colombia.