“Cuando llegué estaba la idea del punto de escucha, lo retomamos en equipo y nos pusimos a la tarea de darnos cuenta en qué lugares y momentos nos podía funcionar. El punto de escucha consiste en abrir un espacio para poder recibir a las personas que focalizamos de las comunidades” así explica la iniciativa Darío Rosero, coordinador de apoyo psicosocial en Tumaco, El Charco y Barbacoas para el proyecto PRM en Nariño.
“En este contexto afectan las dinámicas del conflicto y otras situaciones sociales como por ejemplo el paro, las movilizaciones y la pandemia. En poco tiempo han sido muchas cosas por aprender para poder brindar atención psicosocial a los niños, niñas y sus familias de la región”
La identificación de casos que se generan frente a las asistencias educativas o de protección, incluye poder hablar en un espacio reservado. A menudo, el equipo de Save the Children enfrentaba dificultades para poder lograr una comunicación segura con los niños, niñas o con madres y padres. De esta manera Darío explica por qué es tan importante la estrategia de los puntos de escucha y cómo ha fortalecido los procesos de educación y protección en Nariño “Muchas veces la persona que proyectaba violencia o riesgo estaba dentro de la misma familia entonces había restricciones. Por lo tanto, ese fue el argumento más válido para poder crear los puntos de escucha, el nombre invita mucho a la situación empática, de escuchar, un espacio de confidencialidad, donde puedes contar lo que te pasa o simplemente conversar”.
Los puntos de escucha son hoy en día una estrategia práctica que permite generar hallazgos y hacer procesos de trabajo. Los espacios destinados para esta iniciativa están decorados y dotados con juegos y herramientas metodológicas para trabajar con niños, niñas, madres y padres.
¿Cómo funcionan?
Los tutores y asistentes de educación los guían. Los equipos de APS (apoyo psicosocial) programan los días para llegar a los territorios, así en el municipio de Candelillas, por ejemplo, llegan una o dos veces a la semana, y frente a eso, el equipo genera la cita previa para poder escuchar a las personas frente a casos donde es necesario el seguimiento, de esa forma los puntos de escucha ofrecen a las personas un lugar seguro para conversar y tener la seguridad de quién atenderá de forma confidencial su caso.
Actualmente, la oficina de Save the Children en Nariño cuenta con seis puntos de escucha, dos en zona rural de Tumaco, en Candelillas y Brisas, uno en Diviso, Barbacoas; y tres en El Charco en Porvenir, El Canal y Bazán. “Nosotros dotamos los espacios que nos han facilitado, les ponemos un nombre y los decoramos para recibir a la comunidad. Yo creo que los puntos de escucha han potencializado nuestro trabajo, porque damos un apoyo a la comunidad y estos espacios visibilizan el impacto de Save the Children en el territorio, ahí invitamos a transformar, por ejemplo en aspectos de crianza, así minimizamos riesgos, abarcamos más en los casos, podemos llegar a otros escenarios y a distintas zonas y contextos” explica Darío con respecto a la importancia de los puntos de escucha para la labor de Save the Children.