A sus 14 años, Jesús David ya tiene definido que quiere ser cuando sea mayor: policía. Para él, el respeto hacia los demás es el sustento para las buenas relaciones interpersonales y más aún desde la profesión que quiere ejercer.
La historia de Jesús David en sus propias palabras:
“Tres años atrás me peleaba mucho con mis hermanos. Pero, desde que empecé a ir a los espacios amigables de Save the Children aprendí que debía respetar a los demás, cambié. Ahí aprendí a llevarme bien con los demás niños y niñas, en el espacio soy muy feliz”, nos cuenta Jesús David, quien a sus 14 años sueña con convertirse en policía y cuidar de Tumaco, su lugar natal.
“En el espacio amigable he aprendido a comportarme, a ser respetuoso con los demás, todo lo que me han enseñado me gusta y se lo enseño a mi hermano y mis amigos del colegio. Les doy consejos y les digo que se comporten bien, que mejoren su forma de ser”, agrega.
Para Jesús David su barrio es bueno, es agradable, pero también menciona que no siempre es así. “Hay conflictos, no solo en las familias sino también por la presencia cercana de grupos al margen de la ley que en algunos momentos hacen que sientan temor al vivir ahí”, nos cuenta y agrega que “los niños deben venir al espacio amigable, acá aprendemos de derechos y muchas cosas más que nos sirven para nuestra vida y para nuestra familia”.
Contexto e información del proyecto:
El Morro, La Viciosa y La Continental son las tres islas que forman al municipio de Tumaco (Nariño) y que, a día de hoy, cuenta con más de 187.000 habitantes y cuyas principales actividades económicas son el comercio, la pesca y la agricultura.
Pese a que su economía no está estancada, este municipio del pacífico colombiano no cuenta con agua potable, adicional que la falta de alcantarillado y acueducto ha hecho que las familias viertan sus desechos en los canales del río y del mar, causando contaminación. Sus habitantes consumen agua sin serlo. Además, y por su ubicación, el municipio está abierto a los narcotraficantes y a los grupos armados ilegales, ya que sus canales en los manglares y su salida al mar facilitan su tránsito clandestino.
Desde Save the Children Colombia, contamos con espacios amigables en Tumaco y que buscan la protección de la infancia, en los que los niños, niñas y adolescentes son atendidos en condiciones de mayor vulnerabilidad en barrios donde la violencia ha permeado las comunidades y problemas como la desigualdad, la falta de acceso al agua potable, la salud y la educación de calidad, y que han generado situaciones de violación de los derechos de la niñez.
Adicionalmente, Tumaco cuenta con uno de los Espacios de Transición para el Entrenamiento y Reincorporación de los exmilitares del grupo armado FARC-EP, en el cual actualmente contamos con un Espacio Amistoso. En este espacio viven aproximadamente 120 familias de ex militantes de las FARC-EP y campesinos que se han asentado en el espacio. Es por esto, que Save the Children implementa espacios amigables, con el fin de brindar la protección de la infancia, en los que los niños, niñas y adolescentes son atendidos en condiciones de mayor vulnerabilidad en barrios donde la violencia ha permeado las comunidades y problemas como la desigualdad, la falta de acceso al agua potable, la salud y la educación de calidad, y que han generado situaciones de violación de los derechos de la niñez.
Sumado a lo anterior, en este territorio no hay electricidad ni agua potable y los niños de las ex guerrilleras en proceso de reincorporación, que nunca habían vivido con sus padres, no han recibido acompañamiento psicosocial por parte del Gobierno para que este cambio en sus vidas pueda llevarse a cabo de manera adecuada, por lo que las procesiones de Save the Children brindan atención psicosocial. El proyecto niñez segura para un futuro brillante permite que los niños y niñas se reconozcan como sujetos integrales, activos y participantes en todas las esferas de la sociedad, por lo cual trabajamos junto con ellos y ellas, sus familias, escuelas y comunidades, en la búsqueda de soluciones a problemas sociales desde la garantía de derechos y la generación de cambios positivos en todos los niveles.
Logramos implementar un Modelo de Protección Comunitaria en Contextos de Alto Riesgo, donde los niños, niñas y adolescentes aprendan a reconocer que los entornos en los que se desenvuelven, (la familia, la escuela, la comunidad, y la institucionalidad), deben ser espacios seguros, garantes de sus derechos y protectores de cualquier forma de violencia que los afecte. En síntesis, el modelo busca fortalecer entornos protectores para asegurar que los niños crezcan en un ambiente seguro y con el apoyo necesario, con un enfoque en la prevención y respuesta a la violencia, primordialmente hacia el maltrato, el abuso y la explotación sexual comercial, el uso, utilización y reclutamiento por grupos armados ilegales y el trabajo infantil. Esto se realiza con una perspectiva de inclusión, no discriminación, participación y respuesta efectiva al interés superior de los niños, niñas y adolescentes.