Pasar de casi 30 grados de temperatura en Arauca a 16 grados en Bogotá no es un cambio sencillo. De un día a otro, Karlis pasó de usar pantalones cortos a largos para protegerse del frío con el que la recibió la capital, siendo su primera vez en pisarla y llegar a ella por vía área.
“Ha sido un día con muchas primeras veces. Antes de subirme al avión estaba nerviosa porque era mi primera vez y estaba ansiosa por llegar. ¡Ay Dios! Estar en una ciudad tan enorme es increíble. Es muy lindo conocer nuevas personas que te acogen y te brindan una amistad”, nos cuenta Karlis* minutos antes de presentar su ponencia en el encuentro regional #NiñasPoderosas.
Lo que tradicionalmente se conoce como “soponcio” sorprendió a Karlis al momento de aterrizar, la altura de la ciudad la puso en aprietos, pero no disminuyó su motivación de trasmitir a las niñas y mujeres que la oirían su razón al estar allí representándolas.
“Hacer, borrar y volver a hacer fue el paso a paso para realizar mi ponencia y que mi voz representará el sentir de niñas y mujeres de mi comunidad. Ha sido una experiencia única porque me ha permitido aprender y vivir”, agrega la joven de 15 años.
Al hacerle la invitación a Karlis de participar en #NiñasPoderosas, su primera pregunta para sí misma fue: ¿de qué voy a hablar? A lo que la respuesta no tardó en llegar enfocándose en las niñas y mujeres vulnerables de su día a día bajo el estigma del “género débil”. En una exposición de 15 minutos, ella narró lo que es vivir en Arauca siendo niña y mujer, pero también la resiliencia de las mismas en un contexto de dificultades económicas, sociales y culturales.
“Nosotras somos poderosas y únicas. Mi misión era hacerle llegar a las mujeres y niñas de mi región y a quienes no me conocían era el de que podemos realizar todo lo que nos propongamos”, con micrófono en mano, no siendo esta su primera vez al haber entrevistado al embajador de Canadá en Colombia Marcel Lebleu, Karlis sintió que su voz era oída y sus experiencias aplicadas, palabra a palabra que decía en su mente estaban su abuela, madre y mejor amiga, quienes han sido su influencia más grande para contribuir a una sociedad más equitativa entre hombres y mujeres donde la violencia no tenga cabida.
“En estos momentos de mi adolescencia he tenido diferentes etapas y dificultades por ser niña. Una de ellas ha sido el no poder hacer ciertas cosas por considerarse que solo los hombres pueden desempeñarse en ello. Eso me da impotencia y me frustra, pero luego recuerdo lo capaz que soy y lo hago, no hay diferencia alguna. Siempre es el pereque de que yo puedo hacerlo y quiero hacerlo. Eso es lo que me impulsa y lo que quiero que las niñas vean en mí, que luchen cada vez más por lo que les guste”, nos comentó Karlis.
“Tú puedes y eres capaz. No te dejes derrotar”, es la frase que Karlis lleva a todo lado y que fue dada por su mamá. A la par, recuerda a su mejor amiga como una de las “mayores guerreras” que conoce y que le enseña día a día a seguir en pie.
Con nervios y las miradas sobre ella, Karlis habló con firmeza sobre su desacuerdo con la frase “género débil”. A su vez, reflexionó sobre su figura en aquel espacio, donde adultos la veían con admiración, y apuntando que “esto me emociona mucho y se me hace un nudo en la garganta al pensar que todo esto solo es el inicio de lo que mi voz puede hacer. Las huellas que voy dejando darán alas a otras niñas y mujeres en su reconocimiento y empoderamiento para que vuelen muy alto”.
Al finalizar el encuentro de #NiñasPoderosas, Karlis nos contó que al llegar a Arauca sorprenderá a su familia con su participación y representación afianzando su pasión por ayudar a las demás niñas y mujeres a fortalecer su voz y visibilizando que no es hora de callar sintiéndose seguras con su guía.
Sobre el proyecto ‘Beyond Borders’
El proyecto ‘Beyond Borders’ es apoyado por Global Affairs Canada y se centra en mejorar la realización del derecho a una educación de calidad, segura y con perspectiva de género para las niñas y niños afectados por el conflicto y la crisis en la frontera colombo-venezolana. El proyecto se implementará por 31 meses y busca beneficiar a más de 30.403 niños, niñas y adolescentes que viven en los departamentos de Norte de Santander, Arauca y La Guajira.