Médica veterinaria, esa es la profesión con la que sueña llegar a ser Danna Valentina Lemus. Una niña, quien, a sus 10 años, es líder en su escuela aún en tiempos de aislamiento y estudio en casa. El cierre de su escuela rural en el municipio de Convención, Norte de Santander, la llevo a replantear sus metodologías académicas para continuar con su aprendizaje diario y así finalizar su quinto de primaria y dar paso a la época del bachillerato. Desde su mirada, el impacto del Covid-19, no ha sido del todo negativo ya que, para ella, su familia ha compartido más tiempo en el campo y en su paso a paso educativo.
Durante estos siete meses de estudio en casa, Danna Valentina ha participado en el proyecto Catatumbo Ama la Educación. Una de estas experiencias fue el concurso “Mi familia es un cuento”, espacio en el que Danna participó narrando su vida tras el impacto del Covid-19 y teniendo como inspiración a “Júpiter”.
La historia de Danna Valentina en sus propias palabras:
“¿Quién es Danna Valentina? soy una niña muy inteligente, siempre gano el primer puesto en mi escuela. Soy muy amigable, buena persona y siempre me preocupo por los demás. Estoy en quinto de primaria, en un colegio que es grande y divertido”, con esta presentación, Danna Valentina Lemus inicia a contarnos su historia en los últimos meses tras el impacto del Covid-19.
“Cuando me dijeron que tenía que estudiar en casa…pensé que me iba a aburrir mucho porque ya no iba a poder jugar con mis compañeros en los recreos. Tampoco vería a la profesora y se me haría más difícil aprender porque no tendría quién me explicará los temas”, expresa Danna.
A partir del traslado de las aulas a las casas, diversas familias han tenido que buscar recursos para poder financiar su internet como es el caso de Danna Valentina y su familia, quienes han comprado un plan de conexión para su celular y así continuar con las clases virtuales.
“El estudiar desde casa me ha gustado porque así tengo más tiempo para compartir con mi familia. Yo no tenía internet en la casa, pero mi mamá nos comparte los datos a la Tablet y ahí nos unimos a clase o sino directamente desde su celular”, nos cuenta Danna.
Para Danna, así como para su hermana mayor, sus rutinas han cambiado. De levantarse a las cinco de la mañana para desayunar y salir al colegio, un camino de media hora desde su casa, a ahora levantarse a las siete de la mañana y empezar el día.
“Luego de desayunar me siento a hacer mis tareas y cuando acabo juego con mis mascotas que son un perro y un gato. Por lo general, siempre empiezo con mi materia favorita que es artística, me gusta mucho dibujar”, agrega Danna.
De ese amor por los animales, generado por las labores del campo, Danna Valentina sueña con ser médica veterinaria y para ello afirma, sobre la importancia de la educación, que es pilar para alcanzar sus metas. “Si todos los niños y las niñas accedemos a la educación podremos ser profesionales con lo que soñamos y, así mismo, nos alejaríamos de cosas malas”, apunta.
Justamente, ese gusto por los animales llevó a que Danna tomará como inspiración a “Júpiter”, un ternero huérfano de su finca, y que uso en la narrativa de su cuento dentro del concurso “Mi familia es un cuento” como respuesta ante el Covid-19 por el proyecto Catatumbo Ama la Educación.
“Yo participé en el concurso de cuento de Mi Familia es un Cuento y la experiencia fue muy bonita porque compartí con mi familia. Me inspiró un ternerito que quedó huérfano, y mi mamá y mi hermana me ayudaron mucho para que me quedará muy bonito. Mi ternerito se llamaba Júpiter, pero tristemente él murió. Me dolió mucho la partida de Júpiter”, nos cuenta Danna.
Dentro del proceso educativo de Danna Valentina, quien también la ha impulsado en este tiempo de aislamiento es su profesora Yajaira Andrea, quien la acompaña en los grupos de participación de Save the Children y la motiva a no limitarse en sus sueños.
Contexto e información del proyecto:
Ocaña es un municipio que hace parte de la tradicional región Catatumbo en Norte de Santander conectando por carreteras nacionales con Cúcuta, Bucaramanga y Santa Marta. Debido a su ubicación rural, Ocaña ha tenido un desarrollo y contexto afectado por el conflicto armado a manos de distintos actores ilegales ya que sus densas montañas facilitan su tránsito clandestino, pese a que su economía está basada en la gastronomía, los oleoductos petroleros, la agricultura y el turismo.
Save the Children Colombia inicia su trabajo en Norte de Santander desde 2015, a través de diferentes proyectos. A partir del 2018, iniciamos un acompañamiento en la zona conocida como “Catatumbo”, con nuestro proyecto “Somos Educación” y, recientemente, con el proyecto Catatumbo Ama la Educación, apoyado por la Agencia de Cooperación Noruega: enfocados en el Acceso a una Educación segura y de Calidad en el Catatumbo centrado en el fortalecimiento de habilidades en la alfabetización y la aritmética. Con este último proyecto que se implementará por 4 años en la zona, se busca beneficiar a más de 15.994 niños, niñas y adolescentes que viven en la zona y quienes han sido altamente afectados por el conflicto armado, la pobreza, la migración y la falta de acceso a servicios básicos en la región noroccidental del país focalizando seis municipios: Ocaña, Ábrego, El Carmen, La Playa, Teorama y Convención.