En lo alto de una pequeña montaña y detrás de un poste, Isaac y Merly asoman su cara sonriente ante la llegada de nuevos visitantes. A unos 10 minutos del casco urbano del municipio de El Carmen, estos dos hermanos viven su día a día entre el campo, estudio y los juegos. Isaac, a sus 7 años, sueña con llegar a ser Policía o futbolista ambas pasiones que desde ya va fortaleciendo. Mientras tanto, Merly sueña con ser profesora de español, su materia favorita y que aprende a través de guías que llegan a su casa, a través de los docentes de su colegio, debido a la contingencia generada por el Covid-19. En algo que coincide estos dos hermanos es que el estudiar en casa le quita lo divertido a la escuela y la aleja del juego con sus amigos. Sin embargo, su madre detrás los motiva para que continúen aprendiendo con el mayor amor y disciplina posible.
La historia de Isaac y Merly en sus propias palabras:
“A mis siete años lo que más me gusta hacer es estudiar. Sin embargo, no he vuelto al colegio por el Covid-19. Me gusta estudiar más en el colegio que en la casa porque lo que más extraño son mis amigos”, con esta introducción, Isaac Gerardino nos cuenta quien es él y cuál ha sido el impacto del Covid-19 en su vida escolar.
Sin computador e internet, ¿cómo podrían estudiar Isaac y su hermana Merly en tiempos de aislamiento preventivo y con las escuelas cerradas?, a esta pregunta él mismo nos dio respuesta: “Estudio a través de guías. No es lo mismo que aprender al lado de mis compañeros, pero mi mamá me dice que siempre debo estudiar para lograr mis sueños”, comenta Isaac.
Cada quince días un paquete de guías, de distintas materias, llega a la casa de Isaac y Merly a través de sus profesores, quienes los saludan desde lejos y dejan en un punto el material de aprendizaje para que los hermanos salgan a recogerla.
“Mi materia favorita es inglés, son las primeras guías que hago cuando los profes nos traen el material. Espero que esta situación difícil que pasamos mejore pronto para volver a jugar con mis amigos en la escuela. A correr y reír, eso me hace mucha falta y eso que tengo hermanos”, expresa él.
El “cacho”, carreras y tocar tambor son los juegos favoritos de Isaac para compartir con sus amigos en la escuela y que, ahora, intenta compartir con su hermana y hermano mayor. “Antes, cuando iba al colegio, salíamos a recreo, jugamos y la profesora nos llamaba para hacer tareas y después íbamos a traer el almuerzo. Nos quedábamos un ratico anotando tareas para hacer en la casa. Ahora, desde casa, no tengo esos momentos, sino que cuando mi mamá me llama a almorzar es que termino tareas y luego juego un poco”, comenta Isaac.
De levantarse a las seis de la mañana y caminar media hora hacia su escuela, Isaac y Merly ahora se despiertan a las siete de la mañana, se alistan y pasan a desayunar en un comedor que da a la entrada de su casa. Tras recoger los platos, los cuadernos y guías llenan el espacio dando inicio al momento de estudio.
“Soy una niña a la que le gusta estudiar mucho y hacer amigos. Español es mi materia favorita porque es más fácil y en cuarto nivel aprendemos muchos cuentos. Antes subíamos la montaña para ir a la escuela, ahora nos quedamos en la casa y yo ayudo en el campo”, nos cuenta Merly, mientras Isaac corretea las gallinas que rondan su casa y sueña con llegar a ser policía o futbolista.
“Quiero volver al colegio porque en allá tengo como 17 amigos y los extraño mucho. Ahora, después de terminar clases en la casa me dedico a jugar y a corretear a mi perro, vivir en el campo es tranquilo”, expresa Merly, quien sueña con terminar sus estudios y convertirse en maestra.
Mientras Merly e Isaac estudian, su madre se dedica a las labores del hogar a la par que su esposo labora en el campo sacando cultivos y llevando lo mejor de sí a sus hijos, tras hechos de conflicto que los llevaron a ser víctimas de desplazamiento forzado.
Contexto e información del proyecto:
Ocaña es un municipio que hace parte de la tradicional región Catatumbo en Norte de Santander conectando por carreteras nacionales con Cúcuta, Bucaramanga y Santa Marta. Debido a su ubicación rural, Ocaña ha tenido un desarrollo y contexto afectado por el conflicto armado a manos de distintos actores ilegales ya que sus densas montañas facilitan su tránsito clandestino, pese a que su economía está basada en la gastronomía, los oleoductos petroleros, la agricultura y el turismo.
Save the Children Colombia inicia su trabajo en Norte de Santander desde 2015, a través de diferentes proyectos. A partir del 2018, iniciamos un acompañamiento en la zona conocida como “Catatumbo”, con nuestro proyecto “Somos Educación” y, recientemente, con el proyecto Catatumbo Ama la Educación, apoyado por la Agencia de Cooperación Noruega: enfocados en el Acceso a una Educación segura y de Calidad en el Catatumbo centrado en el fortalecimiento de habilidades en la alfabetización y la aritmética. Con este último proyecto que se implementará por 4 años en la zona, se busca beneficiar a más de 15.994 niños, niñas y adolescentes que viven en la zona y quienes han sido altamente afectados por el conflicto armado, la pobreza, la migración y la falta de acceso a servicios básicos en la región noroccidental del país focalizando seis municipios: Ocaña, Ábrego, El Carmen, La Playa, Teorama y Convención.