Alto a la Guerra Contra la Niñez – Día de las Manos Rojas
• Desde hace 16 años se reconoce el Día de las Manos Rojas, una conmemoración nacional e internacional en contra el reclutamiento, uso y utilización de niños, niñas y adolescentes por parte de los grupos armados ilegales.
• Según COALICO, entre enero y junio de 2019, se registraron 266 eventos de conflicto armado, de los cuales 126 implicaron afectaciones directas a niños, niñas y adolescentes.
• “El uso y utilización de menores de edad para el conflicto armado vulnera todos los derechos de las niñas y de los niños que son víctimas. Y la mejor manera de prevenir que esto les ocurra es garantizando la totalidad de sus derechos; un niño que tenga educación, que tenga un entorno seguro, que tenga un entorno familiar amable, es menos vulnerable a los grupos armados”. María Paula Martínez.
• En Colombia, más de 400.000 niños y niñas menores de 5 años se han visto afectados por hechos relacionados con el conflicto armado como desplazamiento, acto terrorista, reclutamiento forzado, entre otros, y 2.271 ha sido víctimas de homicidio en el marco del conflicto.
El reclutamiento, uso y utilización de los niños, niñas y adolescentes en acciones relacionadas con el conflicto armado, son situaciones en las que todos sus derechos se ven vulnerados, y por esta razón, toda persona menor de 18 años que haya estado en alguna de estas condiciones se reconoce como víctima, tanto para la legislación colombiana como bajo la mirada del Derecho Internacional Humanitario.
Sin embargo, en el Día de la Mano Roja, donde se conmemora el aniversario de la firma del protocolo de la Convención sobre los Derechos del Niño de 1989 que se refiere al uso de menores de edad en los conflictos armados y que Colombia aprobó por medio de la Ley 833, con la cual se comprometió a adoptar medidas para evitar que los niños y las niñas participen en el conflicto armado, según COALICO, entre enero y junio de 2019, se registraron 266 eventos de conflicto armado, de los cuales 126 implicaron afectaciones directas a niños, niñas y adolescentes.
Y aunque no es factible precisar el número de niños y niñas reclutados, ya que aún hay un sub-registro de esta problemática por causas como: estar en zonas apartadas, temor a denunciar y desconocimiento sobre los procesos de reintegración, si es necesario tomar acciones inmediatas. “Cada día luchamos porque ningún niño o niña sea reclutado, porque es un niño que perdemos como sociedad. Protegerlos es deber del gobierno y de la sociedad en general.”, menciona María Pula Martínez, directora de Save the Children Colombia.
Pero hoy, más allá de hacer un recuento de niños, niñas y adolescentes, y de sus vulneraciones, se quiere llamar la atención sobre los entornos de protección de la niñez que deben ser fortalecidos, precisamente para evitar que este grupo de la población vea la violencia como una opción de vida, y uno de estos es el fortalecimiento de los espacios educativos.
La cantidad total de muertes causadas por estos efectos indirectos aumenta a 870.000 cuando se incluye a todos los niños y las niñas de menos de cinco años. Aunque las estimaciones no son concluyentes, se calcularon con un criterio conservador, afirma esta organización benéfica. Comparativamente, tras analizar los datos disponibles, Save the Children ha concluido que, en el mismo período de cinco años, casi 175.000 combatientes murieron en los conflictos.
Asimismo, Save the Children está instando a que un órgano independiente investigue y analice todas las violaciones del derecho internacional humanitario y de los derechos humanos, en particular los derechos de los niños y las niñas.
“Nadie está a salvo mientras vivamos en un mundo en el que la violencia extrema contra la niñez queda impune”.
Escuelas seguras, una herramienta para evitar el reclutamiento
La educación como uno de los Derechos Humanos fundamentales articula de manera esencial la vida de las personas, así como el crecimiento y el desarrollo sostenible de los países. De esta manera, es responsabilidad del Estado, la familia y la sociedad garantizar integralmente que los niños y las niñas accedan, permanezcan y se formen en un sistema educativo incluyente y de calidad. “Debemos salvaguardar el derecho a la educación como principal fuente de protección para los niños, niñas y adolescentes. Un niño educado es un niño que le quitamos a la guerra y que por ende va a superar los ciclos de pobreza.” resaltó María Paula Martínez.
No es posible desconocer que el conflicto armado que vive Colombia desde hace medio siglo ha tocado también a instituciones educativas, estudiantes y docentes, así como a las comunidades en general. Según el Boletín de Monitoreo del Observatorio de Niñez y Conflicto Armado de COALICO, ”durante el primer semestre de 2019, se monitorearon 21 eventos sobre violaciones e infracciones contra el derecho a la vida e integridad personal de NNA en el marco del conflicto armado. De estos, 9 corresponden a homicidios y 12 a lesiones.”
De allí parte la importancia de que el gobierno colombiano se comprometa con la educación y firme la Declaración de Escuelas Seguras, con la que se compromete a dar un apoyo político amplio a la protección y a la continuidad de la educación como derecho, en contextos de conflicto armado; a la importancia de promover una educación protectora y protegida para todos los niños, niñas, adolescentes y jóvenes; y a la aplicación de las “Directrices para Proteger Escuelas y Universidades del Uso Militar durante el Conflicto Armado”.