Serio y callado, esa es la primera impresión que da Kevin a quienes no lo conocen. Pero, que al escarbar un poco dentro de este joven de 20 años se encuentran con la historia de alguien que es entregado a la poesía y la joyería, esta última tocando a su puerta de forma inesperada y terminando por llevarlo al grupo de Joyeros de Guapi (Cauca): Jegua, un proyecto de emprendimiento apoyado por Save the Children Colombia y financiado por la casa joyera Bvlgari en esta región.
Relacionarse con las personas no es el fuerte de Kevin, identificado por sus compañeros como alguien de carácter fuerte y disciplinado en lo que se propone. Sueña con siempre estar en Carmelo, la vereda que lo ha visto nacer y crecer durante 20 años y que lo sigue impulsando a construir sus tradiciones.
La historia de Kevin en sus propias palabras:
“Antes de hacer una joya me encomiendo a la virgen del Carmen, la patrona de mi vereda Carmelo. Ese lugar tiene una magia que ningún otro destino posee. Sus tradiciones, la comida y las personas lo hacen único. Carmelo me infundo mi amor por la poesía y la escritura, y ahora por la joyería”, de esta forma Kevin, un joven de 20 años inicia la historia de sus orígenes. 40 minutos en lancha son los que toma trasladarse de Carmelo a Guapi (Cauca), tiempo que semana a semana recorre Kevin por el pacífico para asistir al grupo de Joyeros de su región: Jegua y crear un diseño inspirado en la tradición de su hogar, las fiestas patronales o la naturaleza.
“El arte de la joyería no solo es hacer piezas sino aprender todo lo que hay detrás de ella, su lenguaje, técnica y significado. A mi camino primero llegó el oro como elemento y ahora la filigrana. Ambas muy distintas en tono y temperatura, pero con la misma delicadeza en la creación”, cuenta Kevin sobre su arte. Su mejor amigo de infancia fue quien lo introdujo en el proyecto y quien ha sido el principal admirador de sus creaciones.
“La joyería en un principio no la consideraba algo como importante. Pero poco a poco fui convirtiéndolo en mi vida. Mi familia siempre me ha apoyado en cada proyecto que emprendo. Tanto mi familia, amigos y yo nos sentimos orgullosos de lo que hemos venido logrando”, cuenta. Pertenecer al grupo de joyeros, según cuenta Kevin, lo ha llevado a transformarse al igual que él lo hace con las joyas que crea. De ser un joven rebelde y de mal genio, los demás compañeros y la misma técnica de la filigrana han llevado a que él modere su carácter para una convivencia sólida.
“He ido moderando mi carácter explosivo, no del todo, pero ahí voy. Es muy difícil uno cambiar del todo, pero con la intención se va dando. He logrado relacionarme con nuevas personas que jamás me imagine fuera a conocer y pues ya he recorrido muchos lugares por medio de la joyería que me ha dejado experiencias muy maravillosas. Yo era una persona que si alguien me hablaba duro yo le respondía con dos piedras en las manos. Debido a tantos talleres y capacitaciones he ido controlando esa parte, hoy puedo decir que soy un Kevin diferente”.
Para los años que vienen, Kevin se ve como un próspero empresario impulsando a Jegua y sus demás compañeros emprendedores. Así mismo, espera realizarse como abogado. “Espero que este proyecto siga volando, que seamos reconocidos por nuestro talento. El compañerismo es lo que más me queda de aquí, es lo que realmente hizo que yo cambiara. La forma en la que me trataban los compañeros, como era la relación con todos ellos, eso ratificó un cambio grandísimo en mi”.
Estar en el grupo no ha sido sencillo, él reconoce que desde el nivel económico hasta cuestiones personales lo han llevado a estar en encrucijadas de si continuaba o no hasta que descartó la idea de marcharse al ver que a través de la joyería expresa todo lo que siente y ven sus ojos del mundo. “Soy un chico muy apasionado por la naturaleza, la mayoría de mis productos están inspirados en las plantas mágico-religiosas. Una de mis más grandes sensaciones es ver que a través de esta joya puedo expresar mis sentimientos, como me siento yo en el mundo, me he podido identificar a través de ello y siento que también así puedo transmitir lo que el mundo sepa”, agrega y finaliza con el recuerdo la joya que más orgullo le ha producido y que decidieron llamar el botón pepiado, generando identidad en el grupo.
Contexto e información del proyecto:
Guapi, conocido como mar y cielo, está ubicado en el litoral pacífico del departamento del Cauca. De él también forma parte la Isla Gorgona, famoso centro ecoturístico ubicado a 35 km de su costa y que por muchos años fue referente carcelario. Las principales actividades económicas son el comercio, la pesca artesanal, la minería y la agricultura. Sobre el proyecto Empleabilidad de jóvenes para un futuro mejor, se busca dar a los adolescentes y jóvenes (hombres y mujeres) con escasos recursos económicos la posibilidad de encontrar actividades económicas decentes, seguras y legales a través del empoderamiento económico, el fortalecimiento de sus habilidades personales y técnicas y la creación de alianzas con el sector empresarial (empresas productivas/servicios y comercio). Jóvenes del municipio de Guapi participan en el proyecto «Jóvenes emprendedores» que busca capacitarlos en joyería con la técnica de la filigrana para promover alternativas profesionales en su región, Guapi, Barbacoas y Tumaco (Nariño). El objetivo final es capacitar a los jóvenes para que obtengan ingresos y mejoren su calidad de vida. Este proyecto se lleva a cabo gracias a la colaboración de Artesanías de Colombia y al apoyo de la marca italiana Bvlgari bajo nuestro programa de Reducción de la Pobreza Infantil.