Estar ubicados en el contexto con una frontera que recupera nuevamente la movilidad tras su apertura total a principios del 2023, y con una matrícula de población migrante que supera los 60.000 estudiantes, y que posiblemente aumente en los próximos días, es uno de los principales retos que deben afrontar las Secretarías de Educación certificadas en el departamento (Secretaría Municipal de Cúcuta y Secretaría Departamental de Norte de Santander).

Aunque desde el inicio del año escolar 2023, el gobernador de Norte de Santander, Silvano Serrano, anunció que el Programa de Alimentación Escolar (PAE) ya es un hecho, beneficiando a 116.411 niños, niñas y adolescentes de Norte de Santander, sin incluir a los estudiantes de Cúcuta, aún quedan por lo menos 20.000 estudiantes sin este beneficio que contribuye a la permanencia escolar.

Mientras que en Cúcuta el 2022 cerró con 88.020 estudiantes beneficiarios del PAE, (78.020 con recursos de la Secretaría de Educación Municipal y 10.000 cupos financiados por el Programa Mundial de Alimentos, que comprende el 77% de la matrícula oficial del municipio), la tarea para 2023 será lograr captar mayor número de cupos para este programa.

Adicionalmente, otra de las tareas pendientes para los entes locales tiene que ver con adaptar modelos flexibles de aprendizaje y brindar la formación y las herramientas necesarias a los docentes para que puedan brindarle un aprendizaje inclusivo y de calidad a los más de 4.000 estudiantes que residen en Norte de Santander y están en situación de discapacidad.

Garantizar la continuidad del transporte escolar en la zona rural y fronteriza también es clave para promover la permanencia escolar, pues las demoras en la contratación de las rutas escolares es una de las afectaciones que más aquejan a los estudiantes, especialmente en las zonas rurales, donde las enormes distancias y pésimas condiciones de las vías de acceso son uno de los obstáculos para el retorno efectivo a las clases.

Una mayor y oportuna inversión en la infraestructura escolar y el acceso a servicios básicos: agua potable y energía eléctrica; así como el acceso a internet, son de las deudas más urgentes en las sedes educativas rurales.

Según el último informe de Vamos Seguros al Colegio, realizado por la Universidad de Los Andes, Redpapaz, Save the Childen, Educapaz y Cinde, el 66% de las sedes educativas, en su mayoría rurales, cuentan con el servicio de agua potable, y solo el 22% cuentan con una buena conexión a internet. Adicionalmente, solo el 26% de las sedes educativas encuestadas manifestaron no contar con espacios o zonas comunes como: cancha, auditorios, parques o bibliotecas.

Finalmente, otro de los retos que deben priorizar las autoridades locales tiene que ver con la salud mental de los estudiantes y docentes. Alrededor del 25% de los niños y niñas encuestados en Vamos Seguros al Colegio aseguró estar desmotivados o tener temor de volver a clases tras la pandemia del COVID-19.

Reforzar la capacidad de los colegios para promover el bienestar emocional de niñas, niños y adolescentes, comenzando por el fortalecimiento de programas de formación docente en estos temas, es una de las tareas más urgentes en la región.

Save the Children Colombia viene adelantando una serie de acciones con las Secretarías de Educación de Norte de Santander y Cúcuta, así como con 21 instituciones educativas de la región, para promover la permanencia escolar mediante la formación docente. La organización ha realizado entrega de kits escolares y apertura de espacios de refuerzo escolar y clubes de lectura y escritura, entre otros, beneficiando en el último año a más de 20.000 estudiantes.

Viviana Pineda, gerente de Proyecto de la oficina Norte de Santander, explicó que con la habilitación de cuatro nuevos espacios de refuerzo escolar en Los Patios y Cúcuta y con los Clubes de Lectura en Pamplona y Hacarí, Save the Children contribuye a reforzar el aprendizaje de más de 300 niños en las zonas más vulnerables de la región.

En el último año, la organización humanitaria, de la mano de la Fundación Saldarriaga Concha, ha liderado procesos de formación docente en educación inclusiva y lenguaje de señas, para promover la disminución de las brechas educativas en estudiantes en situación de discapacidad.

En cuanto a la infraestructura educativa, en el último año se han intervenido por lo menos 20 instituciones educativas oficiales con la adecuación de baterías sanitarias y entrega de tanques de almacenamiento de agua, entre otros implementos.

Paralelamente, docentes y padres de familia han sido capacitados en atención psicoemocional, primeros auxilios psicológicos, crianza sin violencia, entre otras temáticas, para promover la salud mental de niños, niñas y adolescentes en el aula de clases y en los hogares.

Mayor información:
Jennifer Katherine Rincón Peña, oficial de Incidencia y Comunicaciones
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