Juan Miguel Ortega Estupiñán vive con su madre y sus tres hermanos en el municipio de Los Patios. En medio de la pandemia por COVID-19 él y su familia han debido adaptarse a los cambios que ha traído la pandemia, entre ellos la educación virtual, el confinamiento y en el caso de su madre, la pérdida temporal de su empleo pues antes de la pandemia Juana, su mamá se dedicada a arreglar uñas a domicilio.
La historia de Juan Miguel en sus propias palabras:
En medio de todos los cambios que ha traído la pandemia por COVID-19 para todas las familias en el mundo, Juan Miguel ha sabido verle el lado positivo, por primera vez en mucho tiempo puede compartir más tiempo con su mamá y sus hermanos.
Además, ha podido aprovechar el tiempo en casa para perfeccionar sus habilidades con el dibujo. Un viejo cuaderno, un puñado de lápices y colores y la brisa del patio de su casa son la combinación perfecta para inspirarse.
Pese a que en su salón de clases en el Instituto Técnico Patio Centro era reconocido por su talento para dibujar, prefiere dibujar en casa con más tranquilidad para darle rienda suelta a su imaginación, eso si mientras sus hermanas fisgonean su labor.
Lo que más extraña de su vida antes de la pandemia era salir de la escuela e ir a jugar con sus vecinos y amigos en el parque cercano.
“Casi me quedaba hasta las 6 o 7, jugábamos a los congelados, al quemado, al escondite. Luego venía hasta la casa, a veces me iba a la casa de un primo, y luego llegaba otra vez a la casa. Mi papá siempre estaba ahí. Me sentaba a mirar las tareas o las notas”, relató Juan Miguel.
“Ya casi no se puede salir, ahora casi todo es estando encerrado, no se puede tener contacto con nadie. No he podido visitar amigos, tíos lejanos y todo eso”, agregó. “ Extraño jugar, estar con primos, estar corriendo y jugando, esto me pone triste porque ya no puedo hacer las cosas que antes hacía”.
Juan Miguel asegura que a lo que más le tiene temor es a estar solo. “estar solo es como uno no estar con nadie, todo triste, sin que a uno no lo quieran ni nada de eso. Cuando me siento triste y solo yo tomo control y a veces pienso en mi mamá o en la familia que tengo”.
“ Lo que más me mantiene feliz en el encierro es estar con mis seres queridos como mis hermanas. Les digo a los demás niños del mundo que no se sientan solos, que tienen a su lado a la familia que los está apoyando y seguirán juntos hasta que esta pandemia acabe”, dijo.
Juan Miguel también extraña las clases presenciales, pues desde la virtualidad ha tenido que adaptarse a compartir el único celular que hay en la casa: el de su mamá. Se turna con sus hermanas gemelas para hacer las tareas ya atender a las clases virtuales.
“Tomo las clases por el teléfono de mi mamá, pero nos ha hecho falta uno más porque también mis hermanas tienen tareas y todo eso y a veces no puedo ni hacer tareas porque hay que compartirlo y todo eso”, sostiene.
Asegura que la clase que menos le gusta es educación física porque no le gusta el atletismo ni las acrobacias y su materia preferida es artística.
“Artística a veces me gusta, pero no me gusta ni tanto ahora por lo que hay que hacer los dibujos que ellos digan y no los que uno quiera. Y lengua me gusta por las historias, narraciones y todo eso”.
Juan Miguel aspira pronto retorno a las aulas de clase en normalidad, sin embargo la idea de volver no lo emociona del todo.
“En el colegio tengo primos y todo eso, pero a veces ellos casi no están conmigo sino con los nuevos amigos y con gente de otros grados mayores”, indicó.
Sobre que quiere ser cuando sea mayor aún no lo tiene claro. Asegura que aún no lo decide.
“Mi papá me decía que quisiera que yo fuera policía, pero yo creo que eso como que no me gusta. A mí me da miedo ser policía. La verdad ahorita no sé que seré en el futuro. Toca más tiempo para saberlo”.
“Por ahora me gusta dibujar cosas llamadas anime. Me gusta porque es algo en el que usted mismo puede dibujar las cosas con ojos hermosos y eso; y en el que yo mismo puedo crear mis dibujos sin que nadie me diga que debo hacer”, finalizó.
Contexto e información del proyecto:
Los Patios es un municipio de Norte de Santander que junto con El Zulia, San Cayetano y Villa del Rosario hacen parte del área metropolitana de Cúcuta. Por ser la vía de acceso hacia el interior del país, pues limita con Pamplona, es un gran receptor de población migrante y caminantes. Su economía está muy ligado a la economía en Cúcuta y la zona de frontera por lo que debido a la pandemia por COVID-19 y el cierre de la frontera con Venezuela, sus habitantes han tenido graves inconvenientes para poder subsistir.
En el marco de la atención por COVID-19 y mediante el proyecto ‘El Mundo es mi Hogar’ financiado por Global Affairs Canada, Save the Children Colombia dio respuesta de emergencia con la entrega de 60 bonos alimentarios en octubre para igual número de familias residentes en este municipio, la mayoría de ellas migrantes.
Save the Children Colombia inicia su trabajo en Norte de Santander desde 2015, a través de diferentes proyectos. A partir del 2019, iniciamos un acompañamiento en Cúcuta, Villa del Rosario, Los Patios, Pamplona y Sardinata con el proyecto ‘El Mundo es mi Hogar’, centrado en mejorar la realización del derecho a una educación de calidad, segura y con perspectiva de género para las niñas y niños afectados por el conflicto y la crisis en la frontera colombo-venezolana. Con este último proyecto, que se implementará por 31 meses en la zona, se busca beneficiar a más de 30.403 niños, niñas y adolescentes que viven en la zona.