Con nueve años y en cuarto grado, Lina pasó de ver a Papá Noel en el helicóptero a escuchar disparos cuando el conflicto armado incrementa en su región. Con el sueño de ser pediatra, Lina reconoce la complejidad de su territorio. Pese a esto no disminuye su esperanza de construir una zona de paz.
La historia de la Lina en sus propias palabras:
Escuchar las hélices de los helicópteros de las fuerzas militares sobrevolando su municipio, hace unos años, significaba para Lina la llegada de Papá Noel trayendo regalos para ella y los demás niños y niñas de su región. Ahora, ese mismo sonido se ha convertido en el inicio de enfrentamientos entre grupos armados legales e ilegales.
“En Convención hay un poquito de violencia porque hay paros armados. Pero, ¿qué es un paro armado? Es algo que significa mucha violencia o eso es lo que me cuentan mi mamá y mi abuela. Antes en los helicópteros iba Papá Noel, ahora eso significa guerra”. Con esa definición, a sus 9 años, Lina busca entender el contexto de conflicto armado que por años ha ensombrecido a Convención y que, a ella, como otros tantos niños y niñas, los impacta en su día a día.
“Estuvimos una semana sin ir a la escuela. Mi mamá, que es profesora, me decía que no podía saber porque afuera era peligroso. Cuando volvimos al colegio, la hermana Leonilde pasó a saludarnos a los salones para preguntar si estábamos bien. Entre mis compañeros hablamos de la violencia, pocos entienden lo que sucede, pero yo sí. Eso da miedo”, agrega Lina.
Cursando cuarto de primaria, Lina ha definido que una vez curse su último año estudiará en la Universidad para convertirse en pediatra. “Yo quiero ser pediatra cuando sea grande, me gusta mucho ayudar a los niños y niñas. Pero, además bailo de todo y ayudo en el ancianato”, nos cuenta María José sobre su vida.
Ella y los demás compañeros de la Escuela Normal Superior de Convención, son participantes del proyecto “Catatumbo Ama la Educación”. Al desarrollar el ejercicio de la “Camiseta del Cambio”, ella afirmó que de su municipio no quiere más conflicto. “La educación para los niños y niñas es muy importante porque uno aprende y crece. Pero, con violencia no podemos tener una educación tranquila y eso nos afecta a todos”, concluye.
Contexto e información del proyecto:
Convención es un municipio que hace parte de la tradicional región Catatumbo en Norte de Santander conectado por carreteras nacionales con Cúcuta, Bucaramanga y Santa Marta. Debido a su ubicación rural, la región ha tenido un desarrollo y contexto afectado por el conflicto armado a manos de distintos actores ilegales ya que sus densas montañas facilitan su tránsito clandestino, pese a que su economía está basada en la gastronomía, los oleoductos petroleros, la agricultura y el turismo.
Save the Children Colombia inicia su trabajo en Norte de Santander desde 2015, a través de diferentes proyectos. A partir del 2018, iniciamos un acompañamiento en la zona conocida como “Catatumbo”, con nuestro proyecto “Somos Educación” y, recientemente, con el proyecto apoyado por la Agencia de Cooperación Noruega, Catatumbo Ama la Educación, centrado en el fortalecimiento de habilidades en la alfabetización y la aritmética. Con este último proyecto, que se implementará por 4 años en la zona, se busca beneficiar a más de 15.994 niños, niñas y adolescentes que viven en la zona y quienes han sido altamente afectados por el conflicto armado, la pobreza, la migración y la falta de acceso a servicios básicos en la región noroccidental del país focalizando seis municipios: Ocaña, Ábrego, El Carmen, La Playa, Teorama y Convención.
Thousands of children making the dangerous journey to the United States are being held in Mexican shelters that are rapidly filling up, with some lacking basic necessities, Save the Children warned. The rising number of migrants and asylum seekers from El Salvador, Guatemala and Honduras hoping to cross the border with the U.S. included an increase of unaccompanied children. U.S. government figures show that in March alone,18,890 children were identified entering the US. The numbers of unaccompanied children rose sharply over the past months. From January to March of this year, 34,173 unaccompanied children were identified at the border between Mexico and the United States; an increase from 14,414 identified from October to December of last year. Some of these children were previously in Mexico with their families or with other people who wanted to cross the Mexico-U.S. border. But now, because of policy changes not to expel unaccompanied children, they’re being sent to the U.S unaccompanied, causing family separation and significant risks during border crossings.