Ya han pasado 6 meses de aquel día de tanto dolor. Ahora Clara, sintiéndose más segura, decidió volver al campo, y esta vez lo hizo en compañía de algunos familiares. Manifiesta que sintió tranquilidad y pudo estar en paz disfrutando con sus primas y primos, recordando con gratitud las enseñanzas de su padre, al cual recuerda como un hombre lleno de sabiduría y le atribuye la fortaleza y energía que posee para comprender y superar las situaciones de dolor. A su hermano lo recuerda como un niño alegre y espontaneo, al cual conmemora como un ser maravilloso que dejó en ella la misma sonrisa.
El equipo de Save the Children ha aprendido mucho de su historia y agradece poder impactar de forma positiva a Clara y su familia, siendo una de sus fuentes de apoyo y ayuda para sobrellevar esta situación.
Clara cuenta: “Save the Children me ha ayudado a superar la muerte de mi padre y de mi hermano”.
Entre la madre, los hermanos mayores y Clara se han generado lazos más fuertes, y se ven entre ellos como apoyo y fortaleza, se visitan con frecuencia y comparten actividades de esparcimiento.
Actualmente, Clara participa de actividades culturales y también logró retomar sus actividades escolares. Comparte de nuevo con otras niñas y niños de su edad, y juega con sus primos y primas en casa, lo cual hace evidente el camino hacia su bienestar y recuperación.
Save the Children sigue brindando acompañamiento a Clara, desde salud mental y apoyo psicosocial se intenta seguir reforzando y consolidando su red de apoyo, brindarle herramientas que le permitan transitar por su proceso de duelo[1] de una forma sana en la que no se generen daños mayores ni para ella misma, ni para las personas a su alrededor. El equipo sabe que Clara no olvidará ese día, pero esperamos que cada vez que lo recuerde no se reviva tanto dolor, para que ella pueda seguir siendo esa niña alegre, audaz, sonriente y de ojos expresivos, que lleva en su mente y corazón a su padre y hermano, con la capacidad de afrontar y sentir su dolor, pero también de continuar adelante con todos sus sueños y anhelos.
[1]La expresión del duelo es la manera en que una persona reacciona a la pérdida de un ser querido, se identifican cinco etapas:
- Negación: La negación es una reacción que se produce de forma muy habitual inmediatamente después de una pérdida.
- Ira: el primer contacto con las emociones tras la negación puede ser en forma de ira. Se activan sentimientos de frustración y de impotencia que pueden acabar en atribuir la responsabilidad de una pérdida irremediable a un tercero.
- Negociación: En la fase de negociación, se comienza a contactar con la realidad de la pérdida al tiempo que se empiezan a explorar qué cosas hacer para revertir la situación.
- Depresión: A medida que avanza el proceso de duelo y se va asumiendo la realidad de la pérdida, se comienza a contactar con lo que implica emocionalmente la ausencia, lo que se manifiesta de diversos modos: pena, nostalgia, tendencia al aislamiento social y pérdida de interés por lo cotidiano.
- Aceptación: Supone la llegada de un estado de calma asociado a la comprensión, no sólo racional sino también emocional, de que la muerte y otras pérdidas son fenómenos inherentes a la vida humana. Se podría aplicar la metáfora de una herida que acaba cicatrizando, lo que no implica dejar de recordar sino poder seguir viviendo con ello.
Expuesto por La psiquiatra suiza Elisabeth Kübler-Ross.