Maryohani y su familia volvió a reunirse en Riohacha luego de estar separada varios meses.
Maryohanis y su familia han tenido que lidiar contra varios obstáculos para poder estar juntos. La dura situación económica en Venezuela hizo que la familia se disgragara momentáneamente, sin embargo con mucho esfuerzo y sacrificio volvieron a reunirse todos bajo el mismo techo, aunque esta vez sea de telas plásticas y en un asentamiento irregular en las periferias de Riohacha.
Pese a la falta de recursos ya llevan un año viviendo de nuevo juntos en Riohacha (La Guajira) y estar nuevamente juntos es el mayor logro para Maryohanis, 12 años y su mamá Ana Clara, 32 años.
La historia de Maryohanis y Ana Clara en sus propias palabras:
“Cuando la situación se puso difícil en Venezuela mi papá se tuvo que ir a trabajar a Colombia y le tocó tomar una decisión muy difícil, solo podía llevar a dos de sus hijos, y se llevó a los más pequeños. A mí y a mis hermanos que en ese momento tenían 8 y 13 años nos tocó quedarnos con mi abuela en Venezuela, pasó más de un año antes de que nos reencontramos todos de nuevo”, explicó con serenidad Maryohanis, pues pese a su corta edad ha aprendido a afrontar confimeza esta dura situación.
Ana Clara, su mamá mira con orgullo la fortaleza de su hija y asegura que pese a que para ella fue muy difícil tener que dejar a sus hijos en Venezuela, es ese momento no tuvieron más opción y no se arrepiente de haberlo ello pues a su llegada a Colombia tuvo que soportar vivir a la intemperie.
“Nosotros salimos de Venezuela rumbo a Tibú, allá trabajamos un par de semanas pero de la noche a la mañana la dueña de la casa nos corrió y no tuvimos para dónde más ir. Dormimos un par de días en un establo en medio de zancudos y todo tipo de bichos; luego un vecino se apiadó de nosotros y nos dejó dormir en un rancho que solo tenía un pedazo de techo. Al día siguiente los demás vecinos nos trajeron plásticos y pudimos adecuarlo mejor”, recordó Ana Clara.
Sin saberlo, ese gesto de la vecindad se convertiría en un aliciente para la familia, pues luego de acomodarse mejor en Tibú Ana Clara y su esposo pudieron traer a Colombia a los tres hijos que habían dejado en Venezuela.
“Cuando mi papá pudo reunir lo necesario, nos mandó el dinero para los transportes y nos volvimos a reunir todos. En Tibú estuvimos cinco meses antes de mudarnos para Riohacha”, relató Maryohanis.
“Aunque en Venezuela vivíamos con mi abuela en una finca que tenía muchas habitaciones, prefiero dormir acá en este rancho porque estoy con toda mi familia”, agregó la adolescente.
Al igual que su hija, Ana Clara vive agradecida de Colombia pues acá no solo volvió a reunirse con su familia sino que pudo seguir con el tratamiento médico de la menor de sus hijas quién desde su nacimiento sufrió una enfermedad pulmonar.
“Aunque en Venezuela era muy difícil conseguir la comida la medicina también era muy escasa y eso fue lo que nos motivó inicialmente a dejar nuestro país”, detalló. “Acá mi hija puede ser atendida en el médico y con una pequeña carretilla que tenemos mi esposo sale todos los días a la 1 a.m. a conseguir el sustento diario”.
Por otra parte, Maryohanis se alista para ingresar al tercer grado el próximo año, pues estudiar es una de sus mayores pasiones, cuando no está leyendo o haciendo la tarea le gusta jugar con sus amigas a la profesora y a pleno sol y con un par de sillas destartaladas recrean con su mente un hermoso salón de clases.
“Yo tengo muchas amigas que no estudian, unas porque no les gusta o no lo creen necesario, otras porque sus papás no las meten al colegio. Yo solo les digo que las que tienen la oportunidad de estudiar aprovechen esto porque el estudio es lo mejor que los padres nos dejan”, sostiene con firmeza.
“Acá en La Guajira todos nos han tratado muy bien, me siento segura y feliz. Lo único que no me gusta es que mi papá tiene que salir a trabajar a la calle todos los días y me da miedo que se contagie de COVID-19 y le pase algo”, finalizó.
Mientras que Ana Clara sigue apoyando a sus hijos para que estudien pues espera que ellos algún día puedan replicar lo aprendido sus primitos venezolanos que no han tendio la oportunidad de estudiar nuevamente.
Contexto e información del proyecto:
Riohacha es la capital del departamento de La Guajira, está ubicada en el caribe colombiano y limita con Venezuela por lo que es uno de los departamentos receptores de migrantes. Cuenta con una población estimada de 277.913 habitante y su economía se basa principalmente en la ganadería y la pesca
A partir del 2019, Save the Children llega a los municipios de Fonseca, San Juan del César y Riohacha (La Guajira) a través del proyecto ‘El Mundo es mi Hogar’, centrado en mejorar la realización del derecho a una educación de calidad, segura y con perspectiva de género para las niñas y niños afectados por el conflicto y la crisis en la frontera colombo-venezolana. Con este último proyecto, que se implementará por 31 meses en la zona, se busca beneficiar a más de 30.403 niños, niñas y adolescentes que viven en la zona.